Son numerosos los impactos ambientales que la producción y descarte de envases de cartón generan. Como medio de al menos reducir esos daños, el reciclaje viene mostrándose como una atractiva alternativa, pues, además de disminuir el volumen de materiales que son difícilmente degradables por el ambiente, ocurre también una gran economía de recursos financieros y energéticos, teniendo en vista que el coste de producción al usar materiales reciclables es menor que el medio en que se usa la materia prima. En la actualidad, los cartones son 75% reciclables.
Hay dos principales barreras para el reciclaje de los envases de cartón de larga vida útil. El primero es la concienciación por parte de la población de que es necesario realizar una colecta selectiva de manera adecuada. Para tal acción, los envases de cartón deben ser limpiados por dentro por medio de lavado y secado. Tampoco deben ser arrojados en la basura en el formato original, sino que deben ser aplastados, pues ese gesto reduce el volumen y ayuda en el transporte.
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El segundo problema que debe ser superado para ocurrir el reciclaje de envases de cartón es el hecho de que ellos son compuestos, es decir, son formados por varios materiales que están dispuestos en multicapas bien adheridas unas a otras. Los tres componentes principales que constituyen esas capas son: papel (que corresponde al 75% del envase), aluminio (20%) y plástico polietileno de baja densidad (5%). Así, la primera parte del proceso es la separación eficaz de esos materiales, siendo que el material colectado es colocado en un equipo llamado hidrapulper (tanque metálico), que sufre agitación mecánica con agua. El resultado es que las fibras de celulosa del papel son hidratadas, destacándose suspendidas, de modo que pueden ser retiradas por medio de bombeo en la parte inferior del tanque, lugar donde hay una chapa perforada para impedir que el polietileno y el aluminio también sean bombeados juntos. Así, mientras el papel es separado, las capas de polietileno y aluminio permanecen unidas.
En los centros de selección, estos diferentes tipos de materiales reciclables son separados, comprimidos en fardos y enviados a la industria del reciclaje.
El documento remitido al reciclaje pasa primero a través de un desglose de sus fichas para separar las fibras. Después de someterse a una limpieza, seguido de su destintamiento, las fibras pueden atravesar el blanqueamiento antes de que ir para la máquina que forma la hoja de papel secundaria.
De este reciclaje de papel se puede producir diversos materiales tales como cajas de cartón corrugadas, cajas de cartón, bandejas de huevos, chapas, plantillas para zapatos, productos de celulosa moldeada, toallas de papel, papel tisú, entre otros.
El polietileno y aluminio son recogidos por medio de la gravedad en el hidrapulper en la parte lateral. Después el residuo de fibras pasa por una separación y, entonces, el polietileno y el aluminio pasan por un lavado, son prensados y secados al aire. Ellos pueden ser llevados entonces para cuatro caminos posibles:
- Incineración: además de dióxido de carbono y agua son producidos también el óxido de aluminio y energía que pueden ser reutilizados. Se usa como combustible en la generación de energía el vapor, mientras el trióxido de aluminio puede ser usado en el tratamiento de agua o en la producción de refractarios. Uso como combustible en la generación de energía de vapor, mientras que el trióxido de aluminio puede ser utilizado en el tratamiento de agua o en la producción de materiales refractarios;
- Pirólisis: esta palabra significa ‘ruptura por el fuego’, es decir, es una reacción de descomposición de la sustancia a través del fuego. En el horno hay bajo contenido de oxígeno y, mientras el polietileno reacciona con ese oxígeno generando energía para el propio horno, el aluminio es producido.
- Termoinyección: resulta en materiales plásticos con aluminio incorporado.
Plasma térmico: plasma producido por energía eléctrica que tiene temperaturas de alrededor de 15.000 °C y puede separarse completamente el aluminio del polietileno. El polietileno se transforma en parafina, que es utilizado por las industrias petroquímicas como un aditivo en lubricantes y detergentes y aluminio en forma de polvo o lingotes de alta pureza, que va para las industrias de fundición y otra vez puede utilizarse para la producción de nuevos cartones.
Entre los materiales que se producen de polietileno y aluminio se encuentran: plumas, taburetes, paletas, escobas, placas, colectores y tejas para la construcción civil, además de materiales refractarios.