Los metales en general son muy reactivos, reaccionan con agua, ácidos, con bases, entre otros. Veamos ejemplos de cada una de esas ocurrencias a continuación.
Reacción con ácidos
El oro es un ejemplo de metal que sufre este tipo de reacción, pero tiene una condición: no reacciona con ácidos aislados. Para que el ataque suceda es necesario una mezcla de ácidos, es llamada agua regia. Esta solución se forma de la unión de ácido clorhídrico (HCl) y ácido nítrico (HNO3). Sigamos la reacción:
Ecuación de proceso: Au (s) + 3 HNO3 (aq) + 4 HCl (aq) → HAuCl4 (aq) + 3 H2O (l) + 3 NO2 (g)
Reacción con agua
El agua reacciona con algunos metales originando como producto gas hidrógeno (H2) e hidróxido de sodio (NaOH). Estos metales son pertenecientes a la clase de metales alcalinos y metales alcalino-terrosos, como: Litio (Li), Bario (Ba), Cesio (Cs), Potasio (K), Radio (Ra), Calcio (Ca), Estroncio (Sr), entre otros.
Ecuación de proceso: 2 Ba (s) + 2 H2O (l) → 2 BaOH (aq) + H2 (g)
Reacción con bases
Sólo unos pocos metales tienen la propiedad de reaccionar con bases, que son: zinc (Zn), plomo (Pb), estaño (Sn), aluminio (Au).
Ecuación de proceso: Zn (s) + 2 NaOH (aq) → Na2ZnO2 (aq) + H2 (g)
El producto será una sal y gas hidrógeno (H2).