Combustión es una reacción química exotérmica, es decir, libera calor al ambiente. Es muy común este tipo de reacción, ya que la mayoría de la energía que consumimos proviene de la quema de materiales: los combustibles. Ejemplo: gas de cocina, gasolina, aceites y otros, todos ellos obtenidos a partir de la destilación de petróleo, por eso reciben la clasificación de hidrocarburos. Esos compuestos son formados solamente por carbono e hidrógeno, y para que una combustión ocurra es necesario un comburente: el gas oxígeno.
En la reacción de combustión de los hidrocarburos ocurre la formación de dióxido de carbono (CO2) y agua, se libera energía en forma de calor. Veamos la ecuación de la combustión:
H + O2 → CO2 + H2O
La reacción generó apenas dióxido de carbono y agua, cuando elementos como carbono, nitrógeno, azufre y hierro son quemados, dan origen a óxidos: la quema de carbono generará el dióxido de carbono, la combustión del nitrógeno dará origen al dióxido de nitrógeno, la quema de azufre generará dióxido de azufre y la de hierro generará óxido de hierro III.
Pero, por desgracia, los combustibles que presentan extrema importancia en nuestra vida también traen tragedias cuando terminan en incendios, para que eso ocurra son necesarios tres factores:
- 1. Calor
- 2. Presencia de un combustible
- 3. Presencia de un comburente
Para prevenir y extinguir un incendio es necesario eliminar uno de los tres elementos mencionados, la eliminación puede ser por:
Enfriamiento: el agua es usada para reducir la temperatura.
Sofocamiento: se usan materiales de cubierta (p.ej. mantas) para evitar el contacto del gas oxígeno del aire con el combustible.
Retirada de combustible: existen varios tipos de extintores, y ellos son usados conforme al origen del combustible.
- Sólidos: carbón, madera, pólvora.
- Líquidos: gasolina, alcohol, éter, aceite.
- Gaseosos: metano, etano, etileno.