Los persas formaron una civilización importante en la antigüedad oriental, ocupando la región de Persia (actual Irán, Irak y Turquía). Este pueblo se dedicó a actividades comerciales, haciendo del comercio la principal fuente de desarrollo económico.
El poder en el imperio persa
La política en la civilización persa era toda dominada y realizada por el emperador (rey), soberano absoluto que mandaba y controlaba todo y a todos. Es decir, el poder era centralizado en una única figura. El rey era considerado una especie de dios en la Tierra, de esta forma, el poder que ejercía era considerado de derecho divino.
Ciro el Grande
Ciro el grande, fue uno de los reyes aqueménidas más importantes de los medos y persas. Durante su reinado (560 a.C. – 529 a.C.), los persas dominaron y conquistaron varios territorios, casi siempre a través de guerras. En el 539 a.C., conquistó Babilonia, extendiendo el imperio persa de Helesponto hacia las fronteras de la India actual.
Otros emperadores persas prominentes fueron Jerjes I y Darío el grande
Religión persa
La religión persa era dualista (existencia del bien y del mal) y recibía el nombre del zoroastrismo o mazdeísmo. Esta religión fue establecida en honor de Zoroastro o Zaratustra, el gran profeta y líder espiritual que creó la religión.