La práctica de la quema de vegetación se utiliza como técnica rudimentaria de preparación de la tierra. Los incendios son una de las principales causas del calentamiento global, provocando un profundo desequilibrio ambiental.
La práctica de realizar la quema promueve una serie de problemas de orden ambiental, tal hecho ha ocurrido en diferentes puntos del planeta, los países subdesarrollados son los que más utilizan ese tipo de recurso.
La quema es más frecuente en áreas rurales que practican técnicas rudimentarias de preparación de la tierra, cuando existe una superficie en la cual se pretende cultivar, el pequeño productor quema la vegetación para limpiar el lugar y preparar el suelo, ese recurso no requiere de inversiones financieras.
Desde el punto de vista agrícola, el acto de la quema de áreas para el desarrollo agrícola es una acción totalmente negativa, ya que el suelo pierde nutrientes, además de exterminar a todos los microorganismos presentes en el mismo que garantiza la fertilidad; de esa forma, la fina capa de superficie lisa queda empobrecida y al recorrer los cultivos consecutivos la situación se agrava gradualmente resultando en la infertilidad.
Otra cuestión que se deriva de los incendios es el calentamiento global, ya que la práctica es la segunda causa del proceso, sólo por detrás de la emisión de gases de los vehículos de motor impulsados por combustibles fósiles. Esto es porque los incendios producen dióxido de carbono que llega a la atmósfera exacerbando el efecto invernadero y automáticamente el calentamiento global.
La quema practicada para retirar la cobertura vegetal original para el desarrollo agrícola y ganadero provoca una gran pérdida de seres vivos de la fauna y de la flora, promoviendo un profundo caos ambiental, a veces en niveles sin precedentes.
