El movimiento de rotación es esencial para el mantenimiento de la vida en la Tierra.
El final de la rotación de la Tierra ha sido tema de varias películas de desastres y argumento de interés para la ciencia ficción. Incluso los científicos se han planteado cuales serían las verdaderas consecuencias de esto para la vida. Podemos estar seguros de un hecho: sería una catástrofe inimaginable. Para la mayoría de científico, lo más probable es que la vida en la Tierra sea extinguida en algún momento.
Para el profesor Marcelo Knobel, Instituto de Física de la Unicamp, si la Tierra dejara de girar, el planeta sufriría los efectos de la inercia, ya que saldría de una velocidad de unos 900 kilómetros por hora (a una latitud de 45°) para una velocidad de cero. Por lo tanto, todos los edificios de la superficie terrestre se derrumbarían; por otra parte, terremotos muy fuertes sin precedentes dejarían asolada la faz del planeta.
A mediano y largo plazo, prácticamente todos los ecosistemas serían destruidos. Probablemente algunas especies de las regiones abisales podrían sobrevivir, ya que tienen una vida basada en la quimiosíntesis (fabricación de ATP). Esta destrucción se daría por el hecho de que, en estas condiciones, el día terrestre duraría un año, mitad de él con luz solar y la otra mitad en oscuridad, lo que destruiría todos los seres vivos por calor o frío en términos extremos.
Por calor, por el hecho de que habría una fuerte evaporación de agua de los océanos al día siguiente, lo que aumenta el efecto invernadero y por lo tanto las temperaturas alcanzarían niveles que podrían ser exorbitantes. Por frío, por el hecho de que las corrientes oceánicas podrían formar la siguiente noche capas de hielo demasiado gruesas sin fundir, incluso en el lado del día, desencadenando una eterna era glacial.