Al hablar de gusanos, imaginamos aquellos organismos de cuerpo frágil, viscosos, sin órganos locomotores especiales y sin piezas que formen un esqueleto, siendo la mayoría parásitos que causan numerosas enfermedades o que viven en ambientes húmedos. Esa descripción popular puede llevar a ciertos errores como, por ejemplo, clasificar a babosas (moluscos) como gusanos. El término verniz no se refiere a un filo, pero puede ser empleado de forma amplia, simple, para designar varios filos, de los cuales destacamos los tres mayores y más importantes: los platelmintos, los nematodos y los anélidos.
Las miles de especies de gusanos descritas muestran una increíble biodiversidad en relación a variados aspectos: de anatomía (adaptada a los más diferentes ambientes), a tipos de nutrición, de respiración y de reproducción. Eso sin contar que prácticamente todos los grupos de animales, vertebrados e invertebrados, y también las plantas, son atacados por numerosas especies de gusanos parásitos. Así, los gusanos desempeñan directa o indirectamente un importante papel en relación a la salud de muchas poblaciones, marcando su acción en prácticamente todos los ecosistemas. Ellos pueden ser también depredadores y detritívoros, en este caso, actuando intensamente en el reciclaje de la materia, por el consumo de restos orgánicos, con la consecuente reposición de minerales en los suelos y en las aguas.
Los tres filos de gusanos citados (platelmintos, nematodos y anélidos) son fácilmente caracterizados por la morfología externa. Los platelmintos tienen el cuerpo achatado y tubo digestivo es inexistente o incompleto; en este caos, falta el ano. Los principales representantes son las planarias o turbelarios, los esquistosomas y las solitarias. Ya los nematodos, son filamentosos y tienen el cuerpo alargado, cilíndrico; el tubo digestivo es completo, con boca y ano. A ese filo pertenece un gran número de gusanos parásitos humanos, como la lombriz y las ancilostomas. Y los anélidos también son cilíndricos y alargados, pero tienen el cuerpo segmentado con anillos. Son las lombrices de tierra, los poliquetas (marinos) y las sanguijuelas. Estos gusanos son encontrados prácticamente en cualquier hábitat, incluyendo el mar, los ríos y las áreas subterráneas.