Los bronquios son conductos cartilaginosos situados en la parte media del tórax, debajo de la región inferior de la tráquea; y se extienden desde el punto de la ramificación de esta hasta el hilo pulmonar. El bronquio derecho es más vertical, corto y largo que el izquierdo.
Como la tráquea, los bronquios se constituyen por anillos incompletos de cartílago y fibras musculares, confiriendo movilidad. Además, son también revestidos por epitelio ciliado, rico en células calciformes (productoras de moco).
Estas estructuras, también llamadas bronquios primarios, se subdividen en los bronquios lobulares (o de segundo orden). A la derecha, hay tres de estos: superior, medio e inferior, y, a la izquierda, solamente el bronquio superior e inferior.
De los bronquios lobulares siguen los bronquios segmentarios (o de tercer orden). Esos van ramificándose en porciones cada vez menores llamadas bronquiolos.
A partir de estas últimas estructuras citadas, la constitución de sus paredes pasa a ser de musculo liso, sin cartílago. La nueva estructura, de esta forma, confiere mayor rigidez y capacidad móvil, encontrada en los bronquios, deja de existir.
Los bronquiolos terminan en estructuras denominadas conductos alveolares, que se finalizan en los microscópicos alveolos pulmonares. Estos, gracias a una red de vasos sanguíneos, efectúan los intercambios gaseosos (hematosis).