Los anélidos son animales que pertenecen al filo Annelida y tienen el cuerpo alargado y cilíndrico, con numerosos anillos dispuestos en secuencia, de ahí el nombre del filo. Estos animales se encuentran en ambientes de agua dulce o salada y también en ambientes húmedos de tierra firme. Los animales que conforman este grupo son lombrices de tierra, poliquetos y sanguijuelas.
Las lombrices son animales que respiran por la piel (respiración cutánea) y por lo tanto, presentan siempre la piel húmeda, ya que esto permite la difusión de gases respiratorios (oxígeno y dióxido de carbono). Pueden llegar a medir de 5 cm a 2 m de longitud y se encuentran en suelos húmedos y ambientes de agua dulce. Las lombrices de tierra tienen cerdas en su cuerpo que pueden ser sentidas cuando pasamos la punta de los dedos en el cuerpo del animal. Esas cerdas se apoyan en el suelo y facilitan la movilidad.
Las lombrices de tierra son animales esenciales en la naturaleza, ya que ayudan en el proceso de descomposición de materia orgánica (como las hojas), excavan túneles que permiten una mejor oxigenación de las raíces de las plantas y sus heces sirven de fertilizante para el suelo. Durante el día, la lombriz suele permanecer abrigada en sus túneles, saliendo para la superficie apenas en el periodo de la noche para alimentarse y aparearse.
Los animales poliquetos se encuentran principalmente en ambientes marinos. Hay especies que viven arrastrándose en el suelo marino en busca de animales de los cuales puedan alimentarse; otros se mantienen enterrados en las playas y se alimentan de larvas y otros pequeños organismos. Esos animales poseen gran cantidad de cerdas, llamadas de parapódios, que se dan en todos los anillos del cuerpo y ayudan en su locomoción. Algunos poliquetos presentan respiración cutánea y otros presentan branquias.
Las sanguijuelas son animales que se encuentran sobre todo en ambientes de agua dulce, pero otras especies se pueden encontrar en pantanos y marismas. Su nombre se debe a que se alimentan de la sangre de los vertebrados. Al igual que las lombrices de tierra, respiran a través de la piel.
Las sanguijuelas no tienen cerdas sino ventosas, cada una en una extremidad, que sirven para su desplazamiento y fijación. Cuando encuentra a su víctima, con la ayuda de las ventosas, se fija, perforando la piel de la presa sin provocar ningún dolor. Al chupar la sangre de la víctima, las glándulas salivares de la sanguijuela producen una sustancia anticoagulante que impide que la sangre de la presa se coagule –así, la sanguijuela es capaz de alimentarse.
Anteriormente, muchas personas utilizaban las sanguijuelas para el tratamiento de enfermedades. En la actualidad, la sustancia encontrada en su saliva se utiliza para tratar la trombosis. Además, ese animal es usado en algunas cirugías para retirar la sangre acumulada.