El Imperio Otomano comenzó a levantarse en el siglo XI, cuando se asentaron las tribus nómadas turcas en Anatolia, la región que hoy forma parte de Turquía. Estas tribus han contribuido a difundir la religión musulmana en tierras que hasta entonces estaban bajo el mando de otro Imperio, bizantino. El término otomano se deriva del nombre de Osman, o, en árabe, Uthman, según el historiador británico Malcolm Yappa, de la Universidad de Londres. Osman, o ‘Uthman (1258-1324), era un jefe turco que lideró a estas tribus nómadas bajo una dinastía imperial. En los siglos XV y XVI, el Imperio Otomano se convirtió en uno de los Estados más fuertes del mundo, que abarca gran parte de Oriente Medio, Europa Oriental y África del norte. Además de un significativo poder militar, la tolerancia de los otomanos a preservar cultos y tradiciones garantizó estabilidad en los pueblos conquistados.
En 1453, el Imperio Otomano conquistó la ciudad de Constantinopla, que pasa a llamarse Estambul. La victoria marca la supremacía definitiva de los turcos sobre el imperio bizantino, que lucharon desde el siglo XI. En los siglos después de la victoria sobre los bizantinos, los otomanos siguieron enfrentando a los cristianos europeos en el intento de dominar el continente. Entre 1715 y 1718, sin embargo, son derrotados por Austria y la expansión fracasa.
La iglesia cristiana ortodoxa, que predominó en las tierras bizantinas, se mantuvo. Los judíos perseguidos por los cristianos en la Península Ibérica también encontraron refugio en territorio otomano. El imperio empezó su declive en el siglo XVII. Las actividades económicas de los pueblos conquistados fueron realizadas por iniciativa propia, que hizo que el conjunto de la economía del imperio se desintegrase lentamente. La inestabilidad política se hizo cada vez más evidente hasta que, en 1909, el sultán otomano – como eran llamados los líderes otomanos – Abdul Hamid II fue depuesto por una rebelión. Ese cambio dio inicio a la modernización del imperio, bastante influenciada por Alemania, al lado de quien los turcos lucharon en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La derrota en la confrontación provocó aún más la ruptura del imperio, que fue abolido poco después, en 1923, cuando fue proclamada la República de Turquía.
