El airbag, también conocido por bolsa de aire o almohada de aire, es un componente de seguridad de los vehículos, que puede ser usado en algunas máquinas industriales y en robots de búsqueda, que funciona de manera simple: cuando el coche sufre un gran impacto, varios sensores dispuestos en partes estratégicas del vehículo (frontal, trasero, lateral derecho, lateral izquierdo), detrás de los asientos del pasajero y conductor, tipo cortina en el forro interno de la cabina) son accionados emitiendo señales para una unidad de control que a su vez comprueba cual sensor ha funcionado y así acciona el airbag más adecuado.
Este dispositivo consta de almohadillas de nitrógeno que son estimuladas por una descarga eléctrica por la central electrónica dentro de un balón de aire muy resistente, que es el propio airbag; este, a su vez, se llena rápidamente, amortiguando así el choque y evitando que conductor y pasajeros sufran daños físicos principalmente en rostro, pecho y columna.
Actualmente hay modelos que calculan la gravedad del impacto y la intensidad en que el airbag debe inflarse.
Durante años, el cinturón de seguridad fue el único sistema de retención pasiva existente en nuestros vehículos. En el inicio, surgieron polémicas sobre su seguridad, especialmente en relación a los niños. Pero con el tiempo, los Estados Unidos empezaron a adoptar leyes para su uso. Las estadísticas demuestran que el uso del cinturón de seguridad ha salvado millares de vidas que podrían haberse perdido durante los accidentes.
Al igual que los cinturones de seguridad, los airbags –bolsas inflables que amortiguan el impacto– fueron desarrollados y perfeccionados durante décadas. La primera patente fue inspirada en un dispositivo capaz de disminuir el impacto de aterrizajes forzados de aviones durante la Segunda Guerra Mundial. Los primeros airbags comerciales en automóviles aparecieron en los años 80.
Desde 1998, todos los vehículos comercializados en Estados Unidos son obligatoriamente equipados con esas bolsas inflables en el lado del conductor y del pasajero. Actualmente los datos muestran que el airbag redujo en 30% el riesgo de muerte en una colisión frontal directa. Después llegaron los airbags montados en las puertas laterales y asientos. Actualmente, además de los airbags dobles muchos vehículos comenzaron a incluir entre 6 y 8 airbags. Así como el cinturón de seguridad, el origen de los airbags generó cierta polémica en su uso, de modo que se volvieran objetos de importantes búsquedas y pruebas realizadas por el gobierno y por la industria norteamericana.
Componentes del airbag
El airbag posee tres componentes que ayudan en su tarea:
La bolsa, que es hecha de un tejido de nylon, la cual es doblada dentro del volante o panel o, en vehículos más modernos, en el interior del asiento y de la puerta.
El sensor, que es el dispositivo que envía el comando para inflar la bolsa. El airbag se infla cuando ocurre una fuerza de colisión equivalente a un golpe contra una pared de ladrillos a una velocidad entre 15 y 25 km/h. En caso de golpe, un interruptor mecánico es accionado cuando hay un cambio de masa que cierra un contacto eléctrico, informando a los sensores que hubo una colisión. Los sensores reciben esa información a través del acelerómetro, existente en un microprocesador.
El sistema de inflación del airbag se basa en la reacción de azida de sodio (NaN3) reaccionando con el nitrato de potasio (KNO3) para producir gas nitrógeno. Son los fuertes desplazamientos de nitrógeno caliente que inflan el airbag.