El origen del término presión nos remite al latín ‘pressio’ que significa presión. El concepto se refiere a la acción y el efecto de comprimir o de presionar; la coerción o la imposición que se aplica a una persona; la cantidad física que indica la fuerza ejercida por un cuerpo sobre una superficie.
Por otro lado, arterial es aquello que pertenece o que es relativo a las arterias (donde circula la sangre, aunque también circula en venas y capilares, para distribuir oxígeno y proveer nutrientes a las células).
La presión arterial, por lo tanto, es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos. La noción se relaciona con la presión arterial y la presión venosa y es considerado uno de los signos vitales más importantes.
La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre que circula por las arterias. La expresión, sin embargo, normalmente se utiliza en referencia a la presión arterial en general. La presión arterial puede dividirse en presión arterial sistólica y diastólica.
La presión venosa, a su vez, indica la fuerza que lleva la sangre a circular por las venas. Se da el nombre de presión venosa central a la presión de la sangre sobre la vena cava superior. Cabe señalar que la presión arterial varía según la parte del cuerpo. Dentro de la aorta, que recibe la sangre bombeada constantemente en el corazón, hay una presión media de 100 mm de Hg, mientras que al final de la vena inferior cava disminuye a casi 0.