La biosfera es donde la vida se desarrolla. Representa la capa de Tierra que está habitada por los seres vivos. Para que haya vida en el planeta es importante que se tenga luz y calor del sol y agua en la forma líquida. Esos elementos son fundamentales para la preservación de vida, pues todos los seres vivos dependen de ellos.
En cualquier parte de la biosfera existe un ciclo de vida que conduce a todos los seres vivos que forman parte de él. Este ciclo consta de nacimiento, desarrollo, proliferación y muerte y descomposición de todos los animales, plantas y microorganismos que se encuentran en la biosfera.
La biosfera se compone de diversos ecosistemas constituidos por factores bióticos (plantas, animales, microorganismos) y abióticos (luz, agua, suelo, hielo, viento). Hay dos tipos de ecosistemas: el terrestre y el acuático.
Los organismos vivos se distribuyen en los ecosistemas de acuerdo a su clima, dado que interfiere mucho en la cantidad y variedad de alimentos y oferta de agua.
En las regiones polares, donde el agua forma gruesas capas de hielo durante todo el año, y el clima es muy frío, pocas especies de seres vivos son capaces de sobrevivir.
En las regiones tropicales, donde el clima es más cálido y más húmedo, y el suministro de agua y la comida es mucho más elevado, nos encontramos con una inmensa variedad y abundancia de plantas y animales. Los bosques más grandes del mundo, incluyendo la selva amazónica, se encuentran en estas regiones.
Entre estas dos regiones, se encuentra una que nosotros llamamos la región templada. En estas regiones, nieva en invierno, y hay bosques con varios animales y árboles.
La cantidad de energía solar y el agua interfiere con el mismo tipo de clima en una región. Debido a la posición de la Tierra, y los movimientos que hace, el sol calienta las regiones de diferentes maneras, proporcionando diferentes zonas climáticas en diversas regiones del globo terráqueo.
