El término Tercer Mundo surgió en la época de la Guerra Fría, denominando a los países neutrales ante la coyuntura entre Estados Unidos y la URSS, los llamados ‘no alineados’.
Utilizado por primera vez por el demógrafo francés Alfred Sauvy, la expresión –ahora en desuso –era extremadamente importante durante la Guerra Fría sirviendo para representar una serie de países que no se introducían en el contexto de la disputa Estados Unidos contra la Unión Soviética.
No significa que los países bajo esta etiqueta hayan pasado ilesos por este episodio. Al contrario. La cuestión es que mientras la URSS y los Estados Unidos entablaban una guerra diplomática en la conquista del poder, la mayor parte del mundo –casi todos los países de África, la mitad de Asia, la India y Oceanía –todavía eran colonias y su preocupación se concentraba básicamente en los movimientos nacionalistas y en cómo sería la postura de ambos países con ellos. Y no al contrario.
Fue en ese periodo que, ignorados por los dos polos del mundo, los países tercermundistas consiguieron su mayor independencia y empezaron a organizarse.
La primera conferencia de los países ignorados del tercer mundo fue la Conferencia de Bandung en Indonesia en 1955, que contó con la participación de la India, Egipto, Yugoslavia, Indonesia, Singapur, China, Japón, las dos Vietnam y otros países, constituyendo un total de 29 países asiáticos y africanos. La URSS intentó ganar un espacio alegando representar a sus colonias, aunque su participación fue vetada. Fue en los años 70, tras la independencia de los países africanos, que el tercer mundo ganó representatividad en la ONU (Organización de Naciones Unidas).
En la actualidad, el término Tercer Mundo no sirve para el mismo propósito que en la Guerra Fría y no designa los países no alineados, sino que es sustituido por otro término que todavía es fruto de una polarización mundial, la vertiente económica. Los países tercermundistas son conocidos hoy como países en desarrollo.