El hinduismo, es una religión originaria de la India donde la mayoría de sus habitantes sigue profesándola en la actualidad. Igualmente es practicada por las familias que han emigrado desde dicho país hacia el resto del mundo (en especial al sur y este de África, al sureste y este de Asia y a Europa). El término hindú deriva de la palabra sánscrita sindhu (‘río’, de manera más explícita el río Indo); durante el siglo V a.C., los persas utilizaban ese nombre para referirse a aquellos que vivían en las tierras del Indo. Los hindúes se señalan a sí mismos como ‘aquellos que consideran en los Veda’ o ‘aquellos que siguen los cuatro tipos (varnas) de caminos (dharma) y fases de la vida (ashramas)’.
El hinduismo es una de las religiones más extendidas y relevantes del mundo, no sólo por su número de devotos (estimados en más de 700 millones de individuos), sino igualmente por la penetrante influencia que ha ejercido en numerosas otras religiones durante su larga e ininterrumpida historia, que inició más o menos hacia el 1500 a.C. Es necesario indicar igualmente la correspondiente influencia que el hinduismo ha acogido de esas otras religiones (el hinduismo tiene una sorprendente aptitud para absorber e integrar elementos foráneos). Esto ha contribuido de manera notable al sincretismo de la religión y a la asimilación de una gran diversidad de convicciones y prácticas religiosas. Es más, las bases geográficas, más que las puramente religiosas (que consisten en todo lo que el pueblo de la India ha creído y ha realizado), le han otorgado el carácter de método doctrinal y social que se despliega a todos los aspectos de la vida humana.
Las normas o cánones del hinduismo se explican en relación con lo que las personas hacen, más que con lo que consideran. Por tanto, en el seno del hinduismo se encuentra una mayor uniformidad de acción que de convicciones, pese a que hay muy pocas creencias o prácticas que son compartidas por todos. La mayoría de los hindúes cantan el himno del gayatri al amanecer, sin embargo casi no existe conformidad sobre qué otras oraciones deben ser pronunciadas. Muchos hindúes veneran a Siva, Visnú y la diosa Devi, sin embargo igualmente adoran a centenares de deidades menores, propias de ciertos poblados o incluso familiares. Hay prácticas que realizan casi todos sus miembros, como son el reverenciar a los brahmanes y a las vacas, la prohibición de comer carne (en especial la de vacuno) y el contraer matrimonio sólo con un miembro de la misma casta (jati) con el deseo de tener un heredero varón. A pesar de que los hindúes tienen convicciones y prácticas que parecen contradictorias (no sólo con en relación al resto del mundo sino igualmente dentro de su misma religión y de su vivir cotidiano), cada individuo percibe un modelo que ha de continuar y que confiere orden y sentido a su vida. En el hinduismo no existe una jerarquía doctrinal ni eclesiástica, sin embargo la compleja estratificación social, inseparable de la religión, da a cada persona la sensación de ocupar un lugar dentro de este grande grupo humano.
