El efecto Tyndall se produce cuando hay la dispersión de la luz por partículas coloidales. En este caso, se puede ver el camino que hace la luz, porque estas partículas dispersan los rayos luminosos.
Una solución coloidal o coloide tiene un diámetro promedio de sus partículas dispersas entre 1 y 100 nm. Algunos ejemplos de soluciones coloidales son: gelatina en agua, leche (grasa y proteínas en agua), mayonesa (aceite, vinagre y huevo), champú en agua, sangre (plasma o parte líquida con glóbulos rojos y glóbulos blancos) y cosméticos en general (cremas de piel, lociones de belleza…).
Puedes ver este fenómeno en la siguiente figura:
Efecto Tyndall, en la copa dos nos permite ver el camino recorrido por la luz
El vaso 1 contiene apenas agua, que no es una dispersión coloidal; el recipiente 2 posee champú mezclado con agua, componiendo un coloide y, por tanto, cuando la luz del láser atraviesa esta solución, ocurre el efecto Tyndall y es posible ver su trayecto. Este efecto no ocurre en el agua pura ni cuando existen en ella partículas pequeñas, como iones o moléculas.
Podemos ver este efecto en la vida cotidiana cuando la luz del sol pasa a través de una grieta y ver las partículas de polvo dispersadas en el aire, o cuando la luz de los faros de los coches cruzan las gotículas de agua de la niebla.
Este fenómeno fue descrito primero en 1857, por el químico y físico inglés Michael Faraday (1791-1867). Pero el mismo efecto fue solamente explicado posteriormente con el físico irlandés John Tyndall (1820-1893), y es por él que este efecto lleva su nombre.