El efecto invernadero es la garantía de calentamiento de la Tierra, pero su intensificación puede tener efectos graves, aunque haya científicos que afirmen su ausencia. El efecto invernadero funciona como si hubiera un invernadero real alrededor de la Tierra.
El efecto invernadero es el proceso considerado natural de conservación del calor en la atmósfera y en la superficie terrestre a través de la capa de ozono, una porción de la atmósfera compuesta por ozono (O3) que tendría la función de reflejar parte de los rayos solares. Los estudios científicos estiman que, en caso de existir el efecto invernadero, las temperaturas de la Tierra serían extremadamente bajas, lo que haría la vida prácticamente imposible.
Por otro lado, el efecto invernadero se considera perjudicial cuando se intensifica, lo que ocurre por la acción de los llamados gases de efecto invernadero, que son emitidos en la atmósfera a través de las actividades humanas, generalmente relacionadas con la contaminación atmosférica. Con eso, las temperaturas de la Tierra tienden a elevarse, dando origen a lo que se convino a llamar de Calentamiento Global. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), durante todo el siglo XX, las temperaturas han aumentado en promedio 0,6 °C, con las previsiones marcadas en 1,1 °C más durante el siglo XXI.
Los gases de efecto invernadero se enumeraron en el Protocolo de Kioto y son los siguientes: dióxido de carbono (CO2), hexafluoruro sulfúrico (SF6), hidrofluorocarbonos (HFC), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y perfluorcarboneto (PFC).
Así que las causas del efecto invernadero, o más bien las causas de la intensificación del efecto invernadero, están relacionadas con el aumento de los niveles de contaminación, especialmente por las emisiones de dióxido de carbono por gases de los vehículos, las chimeneas de las fábricas y otros elementos. Además, el gas metano, que también se configura como un problema, está presente en la descomposición de los residuos orgánicos que se encuentran en vertederos, presas hidroeléctricas e incluso rebaños bovinos.
Otra de las causas del efecto invernadero es a menudo señaló la eliminación de la vegetación en el planeta. Con la expansión del mercado de consumo en el mundo, el entorno natural hará espacio para cadenas productivas, en particular las relacionadas con la agricultura. Por lo tanto, el bosque funciona en menor grado en las temperaturas de proceso de control de media y suministro de humedad a la atmósfera.
Las instituciones existentes en los eventos climáticos y los cambios son categóricos al señalar las consecuencias del calentamiento global, la mayoría de ellos relacionados con el calentamiento global. Se estima que en el futuro, las temperaturas serán tan altas que será difícil mantener la vida tal como la concebimos hoy. Otro efecto sería el deshielo gradual de los casquetes polares, fenómeno que sería responsable de la subida media del nivel del mar, inundando ciudades costeras y causando pérdidas sociales y humanitarias.
Para combatir el efecto invernadero, entonces, es necesario controlar la emisión de contaminantes en la atmósfera, principalmente de CO2 y CH4. Para que esto ocurra, así como una mayor disciplina por parte de las personas para salvar sus recursos en uso doméstico, es importante poner foco en aquellas empresas que emiten una mayor cantidad de contaminantes en la atmósfera.
Retos y críticas al efecto invernadero
Existe cierta polémica en torno al debate sobre el calentamiento global en el mundo, con numerosas críticas al modelo explicativo de este evento natural. Las demandas que cuestionan la validez de la información suministrada por los organismos internacionales, acusándolos de seguir los distintos intereses de las empresas, gobiernos y órganos políticos.
Por un lado, están los científicos que reconocen su existencia y la intensificación, pero afirman que el efecto invernadero es un proceso natural y no tiene relación directa con las actividades humanas.
Por otro lado, hay algunos expertos que afirman que el efecto invernadero y la capa de ozono ni siquiera existen. Para añadir señalan que gases como el dióxido de carbono se encuentran en una concentración muy baja (menos del 1%) en la atmósfera, con poca relevancia para determinar marcos climáticos en larga escala, papel que sería ejecutado por el Sol y por los océanos.
A pesar de numerosas declaraciones, disputas científicas y argumentos basados en datos y teorías en ambos lados de la cuestión, no existe un consenso total desde la comunidad científica sobre el calentamiento global, aunque la mayoría de los estudiosos apuntan a su existencia y a su peligrosidad. Por tanto, es necesario que se produzcan estudios de continuación con pruebas concluyentes a este respecto.
