Alotropía es la propiedad que los átomos tienen de originar una o más sustancias simples y diferentes, a través del intercambio de electrones. Esta variación recibe el nombre de variedades alotrópicas del elemento.
Las formas alotrópicas de un elemento químico pueden, pues, diferir una de la otra por la atomicidad o entonces por la estructura cristalina.
Ejemplos
a) Carbono: diamante, grafito, fullereno, son las formas alotrópicas del elemento químico del carbono. Estas sustancias difieren entre sí por la estructura cristalina, es decir, por la forma de sus cristales. La forma de unir a los átomos de carbono es diferente en todos estos tres compuestos, es decir, se diferencian en el retículo cristalino.
b) Oxígeno: el gas oxígeno y ozono difieren uno del otro en la atomicidad, esto es, en el número de átomos que forma la molécula. Decimos entonces que el gas oxígeno y el ozono son las formas alotrópicas del elemento químico oxígeno. El oxígeno existe en el aire atmosférico, siendo un gas indispensable a nuestra respiración. El ozono es un gas que envuelve la atmósfera terrestre, protegiéndonos de los rayos ultravioleta del sol. Debido a sus propiedades germicidas, el ozono es utilizado como purificador de agua potable.
c) Fósforo: las variedades alotrópicas más comunes de este elemento son el fósforo rojo y el fósforo blanco, que difieren entre sí por la atomicidad.
d) Azufre: el elemento químico azufre posee formas alotrópicas, como, por ejemplo, azufre rómbico y azufre monoclínico, que difiere uno de otro por la estructura cristalina. Esas dos variaciones son formadas por moléculas con ocho átomos y son representadas por la fórmula S8, aunque los cristales de dos variedades sean diferentes.