En el Oriente Medio, entre los ríos Tigre y Eufrates, la Mesopotamia (del griego ‘tierra entre ríos’) fue el área donde hoy se encuentra Irak, es decir, entre Asia, África y Europa. Es considerada una de las más antiguas civilizaciones de la historia y varios pueblos habitaron esa región entre los siglos V y I a. C.
Sumerios: Pueblo que se destacó en la historia por la producción de un complejo sistema de control del agua de los ríos, con canales de riego, represas y diques. También contribuyeron desarrollando la escritura cuneiforme, alrededor de 4.000 a. C. Vale recordar que los sumerios eran excelentes arquitectos y constructores, tanto que llegaron a desarrollar los zigurates, construcciones en formato de pirámide que almacenaban los productos agrícolas y también servían como templos religiosos.
Babilonios: Con sus ciudades construidas a orillas del río Eufrates, los babilonios fueron responsables del primer código de leyes conocidos hasta entonces. Basado en las Leyes de Talión (ojo por ojo, diente por diente) el Emperador Hamurabi desarrolló un conjunto de leyes para organizar y controlar la sociedad. Conocido como Código de Hamurabi, la ley determinaba que todo criminal debía ser castigado de forma proporcional al crimen cometido. El Emperador Nabucodonosor II fue el responsable de la construcción de los famosos jardines suspendidos de Babilonia y la Torre de Babel.
Asirios: Se conocieron en la historia por la organización y desarrollo militar, pues encaraban la guerra como una de las principales formas de conquistar el poder y desarrollar la sociedad. Eran pueblos muy brutales y crueles con los enemigos conquistados, sufriendo como consecuencia de esos actos una serie de revueltas populares.
