Una práctica común durante los años 30 consistía en la formación de programas políticos que aprovechaban los medios de comunicación, como radio y televisión, para distribuir sus ideas y prometiendo garantías de mejorías en salud, educación, transporte, ocio y cultura. Así fue como el gobierno nazi asentaría sus primeros ideales al pueblo de la época.
Nacido 29 de octubre 1897 en Renania, Prusia, Joseph Goebbels, ministro de propaganda durante el gobierno nazi, luchó en la Primera Guerra Mundial de la que fue excluido por una anomalía física en sus piernas. Este acontecimiento intensificaría su espíritu nacionalista. Orador experto, en 1924 ingresó en el Partido Alemán Nacional Socialista. Ardiente seguidor del partido, Goebbels se convirtió en el brazo derecho de Hitler. Cuando el Tercer Reich fue creado, fue nombrado ministro de propaganda.
Goebbels fue el responsable de la publicidad nazi. Siendo cineasta, periodista, escritor y filósofo, poseía una retórica fuerte y convincente. Produjo películas exaltando la emoción hablando sobre nazismo. En ellas mostraba una Alemania mejorada, próspera y feliz con la supremacía de la raza aria. Sus películas alimentaron los prejuicios étnicos, la xenofobia, el patriotismo, el heroísmo y la condena de los judíos, señalados como culpables e acumular la riqueza por la explotación de personas.
A fin de consolidar sus ideas, Goebbels atacó y censuro la prensa, cerrando periódicos, emisoras de radio y televisión y reemplazándolas con contenido ideológico. La propaganda de Goebbels logró el impacto deseado sobre los alemanes. Miles de ciudadanos se afiliaron prontamente al partido y contribuyeron a uno de los mayores desastres europeos, el Holocausto de Hitler donde fueron torturados y asesinados sus propios compatriotas.
Joseph Goebbels terminaría con su vida poco después del declive de su imperio. Tras el suicidio de Hitler y la derrota en la Segunda Guerra Mundial, el ministro asesinó a sus seis hijso y se suicidó con su esposa Magda Quandt.
