El Primer Mundo consiste en treinta países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Israel y aquellos relativos a Europa occidental. Aunque represente sólo el 16% del total de países y de la población mundial, es responsable por más del 60% de la producción industrial y por casi un 70% del comercio internacional. Su ingreso per cápita es de alrededor de 50 veces mayor que el de los países subdesarrollados más pobres, y de 11 veces superior a aquellos países socialistas.
Cómo son los países del Primer Mundo
En su mayoría, los países desarrollados capitalistas presentan una serie de características comunes: elevada industrialización y altas tasas de población urbana; predominio de las exportaciones de productos industrializados y de tecnologías, importaciones de productos primarios y economía fuertemente concentrada en los sectores secundario y terciario; desigualdades sociales internas no violentas e indicadores socioeconómicos favorables o positivos; elevada renta per cápita y gran consumo de bienes y servicios (sociedades de consumo).
Acerca de los principios teóricos del sistema capitalista, podemos así caracterizarlo, de la siguiente forma simplificada: propiedad privada de los medios de producción (capital, tierra, máquinas…); división de la sociedad en dos clases sociales: la burguesía como detentora de los medios de producción (fábricas, granjas…) y el proletariado, que es responsable de la fuerza de trabajo; el lucro como finalidad principal de la producción; economía regulada por el mercado, es decir, el equilibrio entre la oferta y la búsqueda de bienes y servicios es mantenido por el juego del mercado (fluctuación de precios).
Sin embargo, sabemos que estas características o principios teóricos no siempre ocurren en la práctica en el Primer Mundo. Por ejemplo, existen países capitalistas donde el Estado detenta y controla los medios de producción.