Prejuicio (prefijo y pre-concepto) es un “juicio” preconcebido, generalmente se expresa como una actitud de “discriminación” contra las personas, lugares o tradiciones consideradas diferentes o raras. Se acostumbra a señalar peyorativos de alguien o de un grupo social al que se es diferente. Las formas más comunes de los prejuicios son sociales, raciales y sexuales.
En general, el punto de partida de los prejuicios es una generalización superficial, llamada “estereotipo”. Ejemplos: “Todos los andaluces son perezosos”, “Todos los catalanes son unos egoístas”. Observar características comunes a grupos son consideradas como pre-conceptuosas cuando entran para el campo de la agresividad o de la discriminación, en caso contrario reparar en características sociales, culturales o mismas de orden físico no representan un preconcepto, ellas pueden estar denotando apenas costumbres o modos de determinados grupos o mismo una apariencia de pueblos de determinadas regiones, pura y simplemente de una manera ilustrativa o didáctica.
Se observa entonces por la superficialidad o por la estereotipia que el preconcepto es un error. Sin embargo, esto es un error que forma parte del dominio de la creencia, no conocimiento, lo que significa que tiene una base irracional y por lo tanto escapa a cualquier pregunta en un argumento o razonamiento motivado.
Los sentimientos negativos en relación a un grupo fundamentan una cuestión afecta del preconcepto y sus acciones el factor comportamental. Según Max Weber (1864-1920), el individuo es responsable por las acciones que toma. Una actitud hostil, agresiva o negativa en relación a un grupo específico de personas se puede clasificar como preconcepto. No tener preconcepto es poseer la Ley de Mendel.
