Planchar es de lejos una de las tareas más condenadas. Es por eso que no es fácil hacer que un tejido, después del lavado, vuelva a su forma original.
¿Sabes sobre esa camisa comprada la última semana? En el primer lavado, ella pierde aquella apariencia de perfección. ¿Qué hacer entonces? No te preocupes, es para eso que sirve la tecnología moderna.
Entre las técnicas más modernas y accesibles para el planchado de ropa está el hierro a vapor, una versión actualizada de los antiguos artefactos entonces usados para esa tarea. La diferencia del hierro a vapor está en el chorro.
¿Y por qué la eficiencia de este hierro? Al pasar una camisa, lo que se pretende es amasar todas sus firmas hasta que ellas adquieran la forma deseada y, para eso, el calor proveniente de energía térmica es de gran ayuda.
La prueba de eso es que resulta mucho más fácil pasar una ropa húmeda, recién extraída de la lavadora, que otra que se haya secado expuesta al sol.
