La comunidad política, que es la soberana en relación a las comunidades reunidas en torno a ella, es la ciudad. La ciudad es la composición de los hogares y aldeas, siendo un último grado de la comunidad. Pero ella es soberana y su objetivo es el bien soberano. Veamos el modo en que se forman las comunidades según Aristóteles.
1) La primera comunidad es el hogar, que está formado por tres relaciones:
- 1.1. Pareja – esta relación es natural y está dirigida a la procreación. Es una necesidad, donde los dos dependen uno del otro para su existencia y perpetuación de la especie. Es la universalidad de los hombres y mujeres a la satisfacción de un bien, la falta de los seres humanos. Esta sensación de poder es diferente de hombre a hombre. En la cama, el poder de gobernar está siempre en manos del hombre que es capaz de ordenar, mientras que la mujer sólo debe obedecer.
- 1.2. Padre e hijo – es el poder real sobre los seres libres y desiguales. Esta desigualdad se basa en la diferencia de edad, siendo el hijo el que debe obedecer al padre.
- 1.3. Maestro y esclavo –el maestro que está dispuesto, por naturaleza, para gobernar y el esclavo que debe obedecer y ejecutar un trabajo manual. Es el poder despótico sobre los seres que no están libres.
La segunda comunidad es el pueblo. La comunidad, según Aristóteles, evoluciona naturalmente como de un niño para un adulto y de este para una persona mayor. El pueblo es la evolución de la casa. Él satisface, además de la reproducción de la especie y la nutrición del individuo, la administración de la justicia y de las ceremonias religiosas.
La tercera y última comunidad es al final la ciudad, fin de la evolución natural. Es en la ciudad donde el hombre satisface sus necesidades de vivir en común por sus carencias. La ciudad es autárquica, es una comunidad perfecto y es el único medio de los hombres para gozar de una felicidad plena, porque esa consiste en la perfección del intelecto en la construcción de las virtudes y en la satisfacción del espíritu.
La ciudad es por lo tanto el orden en los dos sentidos del término. Fin de la evolución natural y es también su propio fin, es decir, ella es por sí misma. Además el hombre es un animal político, es también, entre todos los animales, el más político, porque tiene un lenguaje, la capacidad no solo de un placer o dolor, sino de tener un concepto de lo justo e injusto, del bien y del mal. Y es ese concepto en común el que hace una comunidad.
Puede verse, pues, que el bien de la persona y el bien del estado son de la misma naturaleza. Y aunque éstas consisten en la búsqueda de la integridad, solamente en la realización del Estado, satisfaciendo los fines materiales y espirituales se encuentra la perfección. Por tanto, es en el Estado que el hombre es realmente hombre, porque es naturalmente político, pues fuera de eso, es una animal servil como los demás.