Observando el crecimiento de la civilización griega, percibimos que varios historiadores resaltan el surgimiento de la polis como una de las experiencias más importantes de la Edad Antigua. Desde su análisis más simple, la polis griega se corresponde con las diversas ciudades-estados que se formaron en Grecia en un periodo que va desde el Período Homérico hasta la llegada del Período Arcaico. Se trataba de un avance complejo sobre la estructuración social y política de la Antigua Grecia.
Inicialmente, el Período Homérico (XII a.C. –VIII a.C.) era conocido por el desarrollo de los llamados «genos» (en griego antiguo γένος, clan), pequeños grupos de auto-subsistencia, en los que se producía toda la riqueza de la comunidad. Liderando al grupo teníamos el «pater», una especie de patriarca que decidía las acciones a realizar sobre los actos administrativos, judiciales y religiosos sobre todo el grupo que compartía el mismo espacio físico.
Con el tiempo, la escasez de tierras y el uso de técnicas de plantación rudimentarias fijaron un crecimiento poblacional mayor que la producción agrícola de las comunidades de genos. De ese modo, el carácter colectivo de los genos fue perdiendo espacio para un nuevo tipo de configuración social. Paulatinamente, los miembros más cercanos al pater comenzaron a formar una clase elitista de propietarios de tierras que estaban subordinados a los miembros de la comunidad.
Más que el control de la propiedad de la tierra, los eupátridas también organizaron los instrumentos e instituciones responsables de las decisiones políticas, manifestaciones religiosas y todas las otras manifestaciones que reafirman el poder de la clase dominante. Tenemos así, la organización de una aristocracia que se organizó a partir de los bienes de riqueza de la época, la tierra.
En cuanto a tenencia de la tierra se establecieron disputas de poder. Algunos genos pasaron a movilizarse en defensa de sus territorios. Teníamos, así, la formación de las fratrias, que se unirían colectivamente para la formación de tribus que también desempeñaban –en una escala más amplia –la defensa de las tierras de los genos relativas a una región específica.
Desde el momento en que las demandas políticas de estas comunidades se hicieron cada vez más recurrentes, vemos que esas asociaciones de naturaleza militar cobraron un nuevo significado. La agrupación de las tribus y la influencia de los eupátridas determinaron la formación de la primera ciudad-Estado, es decir, la polis griega. En muchas de las polis griegos, vemos que la ciudad se desarrolla alrededor de la acrópolis. Situado en el punto más alto de la ciudad, el espacio de la acrópolis ha reunido a los palacios y templos de una polis.
A través de la creación de la polis, no sólo determinaron el establecimiento de una aristocracia responsable del destino político de toda una población. Desde el punto de vista histórico, la formación de la polis estableció un espacio en el que las diferentes formas de organización política fueron creadas y desarrolladas. Al racionalizar la vida en sociedad, la polis allana el camino para otros tipos de experiencia política.
