Hace alrededor de 20 mil años, las sociedades recolectoras de la antigüedad habían acumulado un amplio bagaje material. Los hombres prehistóricos ya distinguían los tipos de animales y plantas a ser consumidos por las comunidades. Nuevos instrumentos pasaron a ser construidos y el trabajo de transformación de las piedras ganó mayor sofisticación. Las primeras manifestaciones religiosas comenzaron a desarrollarse junto con la creación de las primeras divinidades.
En el curso de milenios las comunidades neolíticas sufrieron un cambio importante. Hace cerca de 12 mil años, surgió la agricultura y se extendió por toda Europa en 6 mil años. El dominio de técnicas agrícolas ha establecido un nuevo estándar de vida basado en la disponibilidad de comida regular. Los grupos nómadas que comenzaron a establecerse en áreas fértiles y construyeron las primeras moradas a partir de barro, piedra y madre. Al mismo tiempo, la domesticación de animales comenzó a ser practicada.
Según algunas especulaciones científicas, surgieron las primeras comunidades cuya vida se basó en la agricultura y el pastoreo en la región Creciente Fértil (o media luna fértil). Fijados en las extensiones de tierra entre el río Nilo y los ríos Tigris y Éufrates esa región fue el posible lugar de origen de esos cambios que designaron la llamada Revolución Neolítica. En Creciente Fértil, pequeñas familias formaron clanes que, con un incremento poblacional, desarrollaron las primeras tribus de la región. Sin contar con un líder político ni unidad institucional, las decisiones eran tomadas colectivamente.
Posteriormente, estas primeras tribus fueron conducidas por un patriarca. Liderando a la población tribal, el patriarca se responsabilizó de garantizar la organización de cultivos y asegurar la protección de la aldea contra el posible ataque de otros pueblos. Los cultivos fueron preparados con la fuerza de trabajo de todos los individuos. La división social del trabajo era inexistente. La economía tuvo un carácter fuertemente autosuficiente, previniendo la acumulación de excedentes.
Las técnicas agrícolas desarrolladas fueron cada vez más complejas. El dominio sobre los períodos de lluvia y sequía, técnicas de riego y la invención del arado-sembrador aumentaron significativamente la producción agrícola. Con eso, las poblaciones han aumentado y el primer comercio comenzaría a emerger de los excedentes generados por las mejores cosechas. Con eso, las primeras diferencias socio-económicas se presentaron dentro de estas sociedades.