El parricidio se produce cuando una persona mata a su propio padre. En la definición del Diccionario Jurídico es el ‘homicidio del padre (o de la madre) por el propio hijo’. El parricidio no tuvo un origen dentro de un periodo específico, de esta forma, no puede tener su clasificación como un delito específico de la sociedad contemporánea.
Su presencia viene de tiempos remotos que remiten a la antigüedad, ultrapasando varios contextos y fronteras temporales. Teniendo su condenación moral por la sociedad, cuando ocurría en la Roma antigua, el castigo a los infractores era hecho de la misma forma que el crimen era cometido o con elementos suficientes para coincidir con las características del delito.
En la literatura, la obra más conocida que involucra el tema es la tragedia griega ‘Edipo Rey’ de Sófocles. En el libro, el autor trata de presentar, en el espíritu de su tiempo, la incapacidad de los seres humanos a su destino. Sófocles presenta una historia en la que Layo, entonces rey de la ciudad de Tebas, al consultar un oráculo, recibe la noticia de que no podría tener un hijo y, en caso de no seguir el consejo, sería asesinado por su propio hijo, que posteriormente desposaría su mujer, Yocasta.
Faltando el respeto a la predicción del oráculo, Layo tuvo un hijo con Yocasta y arrepentido abandonaría al chico con agujeros en los tobillos para garantizar su muerte. El niño fue encontrado por pastores y llevado al rey de Corinto, que lo criaría como si fuera suyo. Cuando alcanza la edad adulta, Edipo consulta al oráculo para conocer su destino. Él indica que Edipo mataría a su padre para casarse con su madre. Después de la revelación, Edipo quedaría confuso e iría hasta Tebas, donde se depara con Layo en su camino. Los dos combaten hasta que Edipo mata a su propio padre sin conocimiento de ello.
Después de desentrañar el enigma de la Esfinge, Edipo se convierte en rey de Tebas y el pueblo le entrega a Yocasta como su esposa. A continuación, una plaga violenta atenta contra el reino y Edipo se dirige nuevamente al oráculo, quien le revela que mientras el asesinato de Layo no fuese castigado, Tebas no tendría paz. Después de revelarse la verdad, Yocasta se ahorca y Edipo queda ciego.
En la Biblia, se encuentra el parricidio en la historia de Absalón y el Rey David, en que el hijo, Absalón, invade el reino de su padre, Rey David, haciendo que él huya por temer la muerte a manos de su propio hijo. En este caso, el parricidio no se cumple de manera efectiva como en ‘Edipo Rey’, pero se nota este abordaje de temática incluso en las Escrituras Sagradas del cristianismo.