Pachamama, en la mitología inca, designa a la Madre Tierra: el término aymara pacha denomina, sucesivamente, un momento del cosmos, este mismo cosmos, un lugar y la tierra nutricia. Pachamama madura los frutos, multiplica el ganado, evita heladas y plagas, da fortuna en la caza. Ayuda igualmente a las tejedoras y los alfareros.
Madre de los seres humanos y de los cerros, sus templos, llamados apachetas, son montones de piedras en los bordes de los trayectos o en las encrucijadas. Allí se le depositan ofrendas: hojas de coca y chicha u otra bebida fermentada. Venerada por los habitantes del noroeste argentino, Bolivia y Perú, su apariencia física es la de una mujer india, muy baja, de cabeza y pies grandes, que lleva sombrero de ala ancha y monumentales sandalias u ojotas. Sus animales característicos son un perro negro que la acompaña; una serpiente, que le sirve de lazo; y un quirquincho o armadillo.
