La Tierra tiene cuatro estaciones (otoño, invierno, primavera y verano). Esto se debe a la diferencia de la radiación solar que cercena sobre la superficie durante una época del año, un hecho causado por el movimiento de traslación (desplazamiento de la Tierra alrededor del Sol) y la inclinación del eje de la Tierra respecto al plano orbital.
El otoño es una temporada caracterizada por las noches más largas que los días. Otros fenómenos notables de este período son los cambios bruscos de temperatura, disminución de la humedad, el cambio de color de las hojas de los árboles (con tonos más amarillos), etc.
En el hemisferio norte (o boreal o septentrional), el otoño comienza el 23 de septiembre y termina el 22 de diciembre; en el hemisferio sur (o austral o meridional), la temporada comienza el 20 de marzo y termina el 20 de junio.
Durante esa temporada se producen la mayoría de los cultivos agrícolas, ya que los productos cultivados ya están bien desarrollados. Las hojas, con pocos nutrientes, además de los frutos muy maduros, caen al suelo. El otoño es la temporada de transición del verano al invierno.