El ornitorrinco es un animal mamífero que presenta una fisionomía muy particular: cola similar a la de un castor, capas de piel con pelo, patas con membranas interdigitales y, en el caso de los machos, un espolón que contienen veneno con bases bioquímicas similares a las de las serpientes. Es un ser prototerio clasificado en el orden de los monotremados. La hembra depone sus huevos y, una vez nacidos, alimenta a sus crías con leche gracias a sus glándulas mamarias a pesar de carecer de pezón.
Se sabe hoy que las características de reptiles, aves y mamíferos que posee este animal son también reflejadas a nivel genómico. Wesley Warren, de la Universidad de Washington, en Saint Louis, descubrió que, de hecho, este animal de sangre caliente tiene semejanzas a nivel genético con esos grupos de animales. Ellos descienden de un linaje de mamíferos de hace más de 150 millones de años, que se desvinculó de los demás y permaneció con algunas de las características de los reptiles ancestrales de los primeros mamíferos y, debido a su gran capacidad adaptativa, viven hasta la actualidad. Otro detalle curioso es en relación a sus cromosomas: los ornitorrincos presentan diez cromosomas sexuales, en elementos de los meros X e Y de los otros mamíferos.
Esta rara especie habita a los márgenes de los ríos australianos y de Tasmania. Su alimentación se compone de crustáceos, gusanos y peces menores. Posee aproximadamente 40 centímetos y tienen como hábito cavar hoyos, localizados también a las orillas de las aguas.
