La Revolución Francesa legó al mundo occidental varias instituciones políticas, de las cuales se pueden resaltar las Asambleas Legislativas y la República moderna, que se utilizan en la actualidad.
La Revolución Francesa también creó algunos conceptos que utilizamos para definir el posicionamiento político de las personas, de los partidos o de los movimientos sociales. Entre ellos surge el concepto de derecha e izquierda.
Posiblemente el lector ha escuchado algún comentario afirmando que ningún partido tiene razón o que determinada persona tiene ideales izquierdistas o de extrema derecha. Pero ¿qué significa esta definición?
Esta definición se produjo durante el proceso revolucionario francés, a finales del siglo XVIII. Inicialmente, se asociaba con la localización que los grupos políticos franceses ocupaban en el plenario de la Asamblea Constituyente.
Durante los debates sobre la Constitución, los miembros asociados a la aristocracia y los partidarios de la monarquía constitucional, así como miembros de la alta burguesía, se sentaron a la derecha del plenario. Este grupo llegó a ser conocido en Francia como los girondinos, debido principalmente a ser procedentes de la provincia de Gironda. Los girondinos, o la derecha, defendían que el proceso revolucionario fuese interrumpido, garantizando apenas las conquistas alcanzadas hasta el momento, como la elaboración de una Constitución y el voto censitario, destinado apenas a los ricos. El objetivo principal era consolidar las conquistas burguesas y evitar la radicalización de la revolución.
En el centro del plenario se encontraban los diputados burgueses que no tenían posicionamientos políticos bien definidos oscilando sus decisiones de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos.
A la izquierda del plenario quedaba la Montaña (Montagne, en francés), por ser el lugar más elevado del parlamento. La Montaña era formada principalmente por diputados jacobinos y por los miembros del Club de los Cordeliers, y eran llamados montañeses (montagnards, en francés). Los jacobinos y los cordeliers eran defensores de un republicanismo radical.
Los jacobinos aceptaban en sus clubs a la pequeña burguesía y los profesionales liberales que tenían condiciones de pagar sus elevadas mensualidades, además de no permitir la participación de mujeres.
Ya las cordeliers aceptaban la participación femenina y las mensualidades de su club eran bajas, el equivalente al precio de un pan de 460 gramos. Los cordeliers se aproximaban también a las capas populares de Francia. Principalmente los sans-culottes, originando todavía nombres expresivos del periodo de la República Francesa, como Jean-Paul Marat, Georges Danton y Jacques-René Hébert.
La izquierda francesa defendía medidas de profundización y radicalización de la revolución, principalmente las que garantizaban mejorías en la vida de la población pobre, y que abriesen la participación política a todos los habitantes. Ejemplos de esas medidas pueden ser encontrados en la Ley del Precio Máximo, que buscaba impedir el aumento del precio de los alimentos, y la declaración de la abolición de la esclavitud en las colonias francesas.
Estas definiciones cambiaron a lo largo de las décadas en Francia y en los demás países. Sin embargo, algunos aspectos principales no cambiaron tanto. A pesar de las varias divisiones internas y de las varias formas de manifestación de intereses, la derecha seguía defendiendo medidas sociales, económicas y políticas que acaban beneficiando a los detentores del poder económico en la sociedad, en particular los capitalistas.
La izquierda concilia tanto las medidas que buscan reformar el capitalismo, dando a él una cara más humana, como las propuestas revolucionarias, que tienen como objetivo destruir esa forma de organización social y reconstruir una nueva donde no haya explotación ni opresión de una persona sobre otra.
Ya el centro continúa defendiendo sus posiciones según los acontecimientos del momento.