Morderse las uñas es un hábito compulsivo también conocido como morderse las uñas que se manifiesta cuando una persona está bajo estrés, el nerviosismo, el aburrimiento o la ansiedad, mordiéndose las uñas de las manos y los pies hasta que sangran.
El hábito de morderse las uñas se inicia desde los tres años de edad y se manifiesta cada vez que un niño se enfrenta a algo nuevo. Desde la adolescencia en adelante, el hábito se vuelve más compulsivo, porque en esta etapa hay una mayor incidencia de la ansiedad y el nerviosismo en las personas.Esta costumbre, aunque es una forma de descargar la ansiedad existente, puede causar daños a la salud corporal. Los dedos se colocan en la boca para llevar a los gérmenes, virus, hongos y bacterias que se encuentran por debajo de la uña que puede causar daño a la salud e incluso causar la mala oclusión de los dientes. La búsqueda constante de morderse las uñas hace que se desgaste el esmalte y se produzca su debilitamiento contra las caries. También afecta su lado estético sobre las manos.
Al ser un hábito compulsivo de emocional, existen tratamientos para que el individuo pierde el hábito, como la terapia conductual que ayuda en las técnicas de inversión del hábito de destetar a la persona a poner una mano o un pie en la boca, los medicamentos tales como antidepresivos, antipsicóticos además de complejo B, técnicas de relajación físicas y ejercicios de respiración e incluso la terapia de aversión que utiliza sustancias hábito de mal gusto en las uñas para generar un condicionamiento psicológico.
