Los números indo-árabes o simplemente arábigos, fueron creados y desarrollados por la civilización del Valle del Indo (región del actual Paquistán) y traídos al mundo occidental. El sistema de numeración arábigo es considerado uno de los mayores avances en la historia de las matemáticas.
La mayoría de los historiadores coincide en afirmar que tuvo su origen en la India (de hecho, en árabe, este sistema de numeración se llama números indios (أرقام هندية, arqam hindiyyah) y se expandió por el mundo islámico y de ahí vendría desde al-Andalus hasta el resto de Europa.
Este sistema de numeración vino a Oriente Medio alrededor de 670.
La primera inscripción en ser universalmente aceptada que contiene el uso del ‘0’ es registrada por primera vez en el siglo IX, en un registro en Gualior en la India Central, datado del 870 d.C. Por esta época, la utilización del cero ya alcanzaría Persia, habiendo sido este mencionado por Al-Khwarizmi en sus descripciones de los numerales hindúes. Hay numerosos documentos indios, desde el siglo VI, en placas de cobre, que contienen el mismo símbolo para el cero.
En el siglo X los matemáticos árabes incluyeron en su sistema de numeración las fracciones. Al-Khwarizmi tuvo una importante labor en la difusión del sistema de numeración en Oriente Medio y en Occidente. La notación del punto decimal fue introducida por Sind ibn Ali, que también escribió el más antiguo tratado en números árabes.
Historia de la difusión europea
En la literatura occidental, las primeras menciones de estos números se encuentran en el Códice Virgilianus del año 976.
A partir del 980, Gerberto de Aurillac (que sería más tarde el papa Silvestre II), hizo uso de su oficio papal para difundir el conocimiento del sistema en Europa. Silvestre II estudió en Barcelona durante su juventud. En el siglo XII, traducciones para el latín de la obra Al-Khwarizmi (778? – 846) sobre los numerales inidios (Kitab al-Jabr wa-l-Muqabala) presentaron la notación posicional decimal para el Mundo Occidental.
Fibonacci, un matemático italiano que había estudiado en Bejaia (Argelia), contribuyó a la propagación a través de Europa del sistema árabe con su libro que Liber Abaci publicado en 1202.
Sin embargo, no fue hasta la invención de la imprenta en 1450, cuando este sistema de numeración comenzó a ser utilizado de manera tan difundida en Europa; alrededor del siglo XV ya quedó ampliamente establecido.
En Rusia, a su vez, los números árabes reemplazaron el sistema cirílico alrededor del 1700, cuando se introdujeron por el zar Pedro I.
Grafía occidental
Alrededor del siglo X comenzaron a emerger, en el Magreb y al-Andalus, una variante de los numerales arábigos, llamado ghubar (arena de mesa), que constituyen la fuente directa de los números de árabe occidentales modernos utilizados en todo el mundo.