El sistema de numeración hebreo es muy similar al sistema decimal y utiliza como numerales las letras del alfabeto hebreo. En este sistema no hay número cero y el valor representado es obtenido por la suma del valor que cada letra representa. Por ejemplo, el número 177 es representado קעז que equivale a 100 + 70 + 7 = 177.
Para tener una representación completa el alfabeto necesitaría poseer 27 letras, sin embargo esa limitación es superada con combinaciones de la última letra con ella misma u otras para formar nuevos múltiplos.
Como a veces la combinación de letras forma sentencias con significativos negativos, se utiliza la propiedad conmutativa y se intercambia el orden de las letras de modo que se deshaga su significado. Por ejemplo, תשמ״ד que significa ‘serás destruido’ puede ser escrito como תשד״מ para evitar significado.
En particular los números 15 y 16 no están escritos en las formas 10 +5 y 10 +6 pues la palabra resultante es una forma de referirse al nombre de Dios. En este caso se puede escribir 15 como ט״ו, es decir, 9 + 6 y 16 como ט״ז, es decir, 9 + 7.
Actualmente el hebreo moderno hace uso de la numeración árabe la mayor parte del tiempo relegando el sistema de numeración hebreo apenas para representar los años en su calendario. Otro uso que todavía se mantiene es la numerología judaica o gematría.
