El nihilismo es una doctrina filosófica que afirma absoluto pesimismo y el escepticismo hacia una posible realidad. Consiste en la negación de todos los principios religiosos, políticos y sociales. Se hizo especialmente popular por su acuño por el filósofo Friedrich Nietzsche.
Este concepto se originó en la palabra latina nihil, que significa ‘nada’. El significado original dado por F.H. Jacobi y Jean Paul, y que fue tomada por Nietzsche, denota una falta de fe en la que se encuentra el hombre después de la devaluación de cualquier contenido de la fe, lo que conduce a la conciencia de la nada y del absurdo.
Como actitud crítica frente a convicciones sociales, el término aparece en la obra de Turgeniev ‘Padres e hijos’. En esta obra literaria, un personaje afirma: ‘Un nihilista es un hombre que no se doblega ante ninguna autoridad, ni acepta ningún principio sin examen, cualquiera que sea el respeto que ese principio envuelva’.
En Rusia, se aplica el término ‘nihilista’ al movimiento revolucionario durante la segunda mitad del reinado de Alejandro II. Los primeros nihilistas, los seguidores de las ideas de Pisarev, exigieron que el logro del progreso social sólo sería posible a partir de una reconstrucción científica de la sociedad.
Desde 1870, el nihilismo se ha convertido en una actitud más radical de protesta, que se separó de las concepciones materialistas y en algunos puntos coincide con el movimiento anarquista.
Nihilismo moral, ético y existencial, política y negativo
El nihilismo moral (o el nihilismo ético) se compone de un punto de vista donde ninguna acción puede considerarse moral o inmoral.
El nihilismo existencial significa que la existencia humana no tiene sentido ni propósito y por lo tanto el hombre no debe buscar un significado y un propósito para su existencia.
El nihilismo político se basa en que la destrucción de todas las esferas políticas, religiosas y sociales, son esenciales para un futuro mejor.
El nihilismo negativo, que dio lugar a todos los demás, es la negación del mundo perceptible a los sentidos, a buscar un mundo ideal, un paraíso. Se originó gracias al platonismo y el cristianismo.
Nietzsche y el nihilismo
Según Nietzsche, el nihilismo requiere la muerte de la divinidad cristiana y sus fundamentos. El hombre se despide así de los valores y las normas establecidas por estas doctrinas morales.
Para Nietzsche, hay dos tipos de nihilismo: el pasivo y el activo. El nihilismo pasivo puede ser visto como un tipo de evolución de una persona, aunque hay un cambio de valores. Por otro lado, el nihilismo activo vuelve todas sus fuerzas para la demolición de la mora, siendo que todo lo que permanece en el vacío y lo absurdo gana dominio, de forma que el nihilista solamente tiene como solución esperar o provocar su propia muerte.