El término mutualismo (del latín ‘mutare’, que significa ‘cambiar, intercambio de lugar, alterar’) es empleado para indicar un tipo de relación biológica armónica e interespecífica entre individuos de varias especies, generalmente duradera y de carácter alimentario, de protección o transporte y en la cual ambos se favorecen diferentemente del comensalismo, donde apenas una especie es beneficiada. De hecho, esta relación puede asumir diferentes aspectos, pues las interacciones pueden ser indirectas y opcionales o imprescindibles y totalmente individualizadas.
Tipos y ejemplos de mutualismo
Podemos clasificar el mutualismo como obligatorio u opcional, e incluso subdividirlo como siendo de naturaleza trófica, defensiva o dispersiva.
A su vez, en el mutualismo facultativo, también denominado protocooperación, las dos especies implicadas son beneficiadas por la interacción armónica, todavía, continúan viviendo independientemente una de la otra, pudiendo separarse en cualquier momento, pues no existe dependencia.
En cuanto a las categorías, en el mutualismo trófico, las cuales las relaciones son generalmente simbióticas, cada uno de los implicados proveerá los nutrientes necesarios al otro. Normalmente cada individuo de esa relación es muy especializado y no consigue sintetizar los nutrientes que necesita. Ese es el caso de las bacterias del tipo Rhizobium, las cuales son capaces de extraer el nitrógeno del suelo y nutrir las raíces de ciertas plantas, que a su vez, proporcionan carbohidratos aquellas bacterias.
En el caso de las relaciones mutualistas defensivas, una de las especies recibirá protección contra sus depredadores o parásitos. Los casos más conocidos envuelven los animales limpiadores que se alimentan de parásitos, generalmente aves; u otros casos más específicos, como las hormigas, que defienden rebaños de pulgones de sus depredadores a cambio del néctar que ellos (pulgones) expulsan; o hacen lo mismo (las hormigas) por algunas plantas, protegiéndolas de herbívoros a cambio del mismo material (néctar).
Por último, en el mutualismo dispersivo, insectos, mamíferos y aves se van a relacionar con plantas, de modo que obtengan alimentos como néctar y frutos, a cambio, realizan la dispersión del polen y de las semillas, diseminándolas a largas distancias.
En el caso de los polinizadores, ellos buscan el néctar de las flores como una fuente de agua y carbohidratos y puede implicar relaciones muy específicas, como las de plantas que solamente pueden ser alcanzadas por aves de picos largos, como los colibríes. Los otros se alimentan de los frutos y extienden sus semillas en lugares propicios para la germinación.
En tales casos, una o varias especies de aves, mamíferos e insectos pueden transmitir una o más especies de semillas, en una relación menos especializada que la polinización.