Al final de la segunda guerra mundial, Inglaterra, sensibilizada por la causa judía durante el Holocausto, propuso la partición de Palestina en dos partes: una perteneciente a los árabes; la otra, dividida para los judíos. En el año 1947, las Naciones Unidas (ONU) aceptaron la propuesta y dividieron Palestina. Al año siguiente, en 1948, fue creado el Estado de Israel, con capital en Jerusalén.
Los palestinos que vivían en Jerusalén fueron empujados hacia los guetos urbanos, ocupando la parte oriental de la región. La propuesta inglesa y el acatamiento de esa propuesta por la ONU no tuvieron en consideración las posibles diferencias religiosas, políticas y económicas que la división de Palestina podría causar.
Desde la creación del Estado de Israel, en 1948, hasta la actualidad, la población de Jerusalén ha sido el escenario de interminables choques culturales y de identidad, que fueron desencadenando masacres, guerras e intolerancia contra el pueblo palestino.
El muro de Israel inició la construcción en 2004. La primera etapa de construcción pretendía segregar Israel de la región norte de Cisjordania. Varias regiones sufrieron con el levantamiento del muro: algunas villas quedaron sin regiones agrícolas y algunas ciudades fueron aisladas, no perteneciendo ni a Israel ni a Cisjordania.
La principal justificación de la construcción del muro de Israel fue el discurso de la seguridad, según el cual Israel aislaría a los palestinos, evitando posibles ataques en Jerusalén. El muro de Israel tuvo enormes dimensiones, con una extensión de 721 km, 8 metros de alto, trincheras con 2 metros de profundidad, alambrada y torres de vigilancia cada 300 metros – todo ello para ser no traspasado.
Se construyeron dos paredes: una pared que rodea a los límites de la ciudad de Jerusalén, bloqueando el paso de los palestinos a la parte occidental de Jerusalén; y la otra construida desde el exterior, donde Israel pretendía rodear y controlar sus colonias en Gaza.
En el año 2004, la Corte Internacional de Justicia declaró la ilegalidad del muro y acusó a la obra de separar y aislar aproximadamente 450 mil personas. Además, según el tribunal, algunas partes de la pared invaden territorios palestinos. Sin embargo, las autoridades políticas de Israel, siempre que son cuestionadas al respecto de la construcción del muro, alegan que el muro trajo la disminución de los conflictos y afirman su negación a retirar el muro de forma alguna.
Del lado palestino, el muro se convirtió en el blanco de varios artistas y varias partes de la muralla fueron ilustradas con dibujos. Un artista que se destacó fue el británico Banksy, quien dibujó una serie de ilustraciones satirizando la obra que segregó a los palestinos de los israelíes.
Mientras tanto, el pueblo palestino está encerrado entre enormes paredes de hormigón y sigue reclamando la realización del Estado palestino, que a día de hoy no existe.
Fotografía, Bansky, Belén, 2005