Los moluscos constituyen un gran filo de animales invertebrados, marinos, de agua dulce o terrestres, que incluye a seres vivos como los caracoles, las ostras y los calamares. La biología de los moluscos se estudia por la rama de la zoología conocida como malacología.
Estos animales tienen un cuerpo blando y no segmentado; a menudo es dividido en cabeza (con los órganos de los sentidos), un pie muscular y un manto que protege una parte del cuerpo y que muchas veces secreta una concha. La mayor parte de los moluscos son acuáticos, pero existen muchas formas terrestres como los caracoles.
No todos los moluscos poseen concha. Existe una clase llamada Aplacophora, que no presenta concha, a pesar de tener espículas calcáreas en la pared de su cuerpo. Los moluscos son de cuerpo blando y no segmentado. Muestran una cavidad que aloja todos sus órganos, llamada cavidad visceral, que es cubierta por un pliegue de piel llamado manto. Además, exteriorizan un pie muscular que sirve para su desplazamiento.
Muchos poseen una cabeza con ojos y tentáculos, cuya función es olfativa y táctil. También poseen, en su memoria, una concha de protección, que puede ser única como la de los caracoles, tener dos piezas (como la de los mejillones) o hasta ocho piezas, como en la clase Polyplacophora.
La mayoría de moluscos son acuáticos y fundamentalmente marinos, con respiración branquial. Las branquias son láminas por las cuales circula el agua y que pueden captar el oxígeno disuelto en ella. Existen también moluscos de tierra que viven en ambientes de alta humedad y tienen una respiración pulmonar (caracol).
Caracoles y babosas
Los caracoles y las babosas se introducen en la clase Gastropoda, el mayor grupo de los moluscos. Se caracteriza por el hecho de que, durante su desarrollo, la masa visceral sufre una torsión, acurrucándose sobre sí misma. Por lo tanto, adoptan una forma en espiral, tan característica de la concha de los caracoles.
Estos caracoles de tierra son hermafroditas, es decir, lucen órganos sexuales masculinos y femeninos en un mismo individuo, que produce, así, dos tipos de células sexuales.
Bivalvos y cefalópodos
Los moluscos bivalvos tienen el cuerpo cubierto por una concha formada por dos piezas articuladas, también conocidas válvulas. Estas válvulas se abren o cierran gracias a músculos muy potentes, de manera que el animal puede protegerse en su interior.
Viven en el fondo del mar o adheridos a las rocas, tales como los mejillones o las ostras. Los cefalópodos tienen entre ocho y diez tentáculos con ventosas situadas alrededor de la boca, además de una concha interna modificada. Los tentáculos sirven para capturar a sus presas.
El mejillón (Mytilus edulis) es un molusco bivalvo comestible.
Cultivo de mejillones
Los mejillones son moluscos bivalvos de la familia Mytilidae.
Estos animales son muy abundantes en las costas marítimas y viven fijas en la costa rocosa – en la región de la zona intermareal –donde forman densas poblaciones. El cultivo de mejillones –que se conoce como mitilicultura –comenzó en 1235, en Francia, habiéndose convertido en una importante actividad económica desde 1940 en varios países europeos como España y Francia. Algunas de las ventajas de su cultivo son mencionadas a continuación:
- Bajo costo y rápido retorno de la inversión.
- Producción programable – el productor es consciente de lo que va a producir y comercializar.
- Obligación de una excelente calidad de agua para los cultivos fomentando la preservación del medio ambiente.
- Reactivación económica en el sector y generación de empleos en torno a su comercio y distribución.