La moda puede ser definida como un modelo de comportamiento irracional y transitorio, que tiende a repetirse en la sociedad cuyos miembros anhelan el reconocimiento de la condición de expresarse a través de la imitación de la élite. Estas imitaciones son los canales para reflejar los gustos colectivos y pueden conducir a cambios fundamentales, no sólo en la vida subjetiva de las personas, especialmente en los jóvenes, sino también en su orden normativo.
La moda es descrita como un modelo cultural recurrente, que se encuentra en las sociedades que cuentan con sistemas de clases abiertas. La moda no existe en las sociedades tribales y sin clases.
Tomando cualquiera de los grupos sociales como la unidad de análisis, nos damos cuenta de que la moda se convierte en una cuestión de imitación de las clases altas por las clases bajas de inmediato, en la lucha de símbolos superficiales y el estatus socio-económico.
La moda es una forma de imitación, diferenciación social, pero, paradójicamente, por su constante cambio, varía entre un tiempo y otro y entre un estrato social y otro. La élite iniciar una moda y, cuando la masa la imita, en un esfuerzo por eliminar las distinciones de la clase externa, esa misma élite abandona la moda creando una nueva.
La moda como término se aplica no sólo a la vestimenta sino a cualquier actividad recurrente que satisfaga los intereses de un gran número de personas. No hay que olvidar que otra gran influencia en la moda es dictada por el consumismo del mercado y reforzada por un modelo capitalista. El costo de permanecer en la moda va más allá de simple consumo de productos y puede llevar, en última instancia, un conflicto de identidad en el individuo.
