El microscopio óptico es un instrumento utilizado para ampliar y regular, con una serie de lentes de color y ultravioletas, capaces de ver a través de la luz estructuras pequeñas y grandes imposibles de visualizar para el ojo humano cuando se trata de sustancias o elementos microscópicos.
Se compone de una parte mecánica que apoya y permite controlar por una parte óptica responsable de ampliar las imagenes.
El objeto observado debe ser colocado muy cerca del foco del sistema de lente de enfoque para la formación de una imagen real, invertida más grande, que servirá como un objeto en relación con el ocular. Esto da una imagen virtual, invertida (en los dos sentidos) al objeto observado, que debe formarse entre el punto próximo y el punto remoto del ojo del observador, es decir, virtual.
De la observación de cualquier imagen en el microscopio, se puede observar que como en secuencia de esta toma invertida, la imagen se mueve en un determinado sentido, la preparación tiene que moverse en el sentido opuesto.
Si el objetivo proporciona una imagen defectuosa, la parte ocular va a ampliar las imperfecciones de esa imagen (aberraciones cromáticas, esféricas, etc).
Cuando se utiliza el microscopio, se puede observar preparaciones tres dimensiones, es decir, la longitud, anchura y profundidad del objeto. Como se sabe, la profundidad de campo del microscopio es muy pequeña lo que implica que los objetos deben ser examinados bajo el microscopio de grosor muy pequeño.
