Mucho antes de la llegada de los españoles, las civilizaciones de aztecas, toltecas y mayas ocuparon la región. El conquistador español Hernán Cortés destruyó la civilización azteca, entre los años 1519 y 1521. En este momento, México se convirtió en parte del Virreinato de Nueva España. Su independencia fue proclamada en 1810, ya en 1824 llegó la república.
En el año 1836 sucedió la independencia de la región del actual estado de EE.UU. de Texas y su anexión por los Estados Unidos en 1845, dio lugar a la Guerra de México. Ya derrotado, México había perdido Nuevo México, Alta California, Utah, Arizona, Nevada y el oeste de Colorado.
La revolución liberal se produjo en 1857. Y el poder fue asumido por Benito Juárez, con una política progresista que no fue bien recibida por los conservadores. Esta situación de inestabilidad condujo a la Guerra Civil hasta 1861, que fue ganada por los liberales. Después de la victoria de Benito suspendió el pago de la deuda externa.
En 1863, los franceses aprovecharon ese pretexto para invadir México. Después de cuatro años, la monarquía instalada por el emperador francés fue derrocada y el emperador fusilado.
En 1876, el general Porfirio Díaz había implementado una dictadura durante décadas y se mantuvo en el poder. Obtuvo la victoria en unas elecciones consideradas fraudulentas, por lo que los campesinos se sublevaron y empezó la revolución mexicana.
La mayoría de las empresas del Estado de México fueron privatizadas en 1980. En 1993 México se unió al NAFTA (North American Free Trade). En 1994, México experimentó una crisis económica, que afectó a varios países. Esta crisis se hizo mundialmente conocida como “efecto tequila”.
En el año 2000, se celebraron las primeras elecciones presidenciales en México sin fraudes. Vicente Fox fue el máximo votado y puso fin con los 71 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
