Los meteoritos son fragmentos de un meteorito de sólidos (derivado de asteroides, cometas o planetas), que entran en la atmósfera, que brilla por la fricción con el aire y golpean la Tierra. Tienen distintos tamaños, algunos de los cuales se desintegran y llegan a la superficie de la Tierra en forma de polvo, pero puede ser de hasta metros de diámetro.
Para que un meteorito pueda alcanzar la Tierra, otros fenómenos deben producirse. El primero es el meteoroide, que se compone de partículas sólidas de los asteroides, planetas y cometas que proceden de su órbita a través de interacciones con la Tierra. Después de este fenómeno, estas partículas entran en la atmósfera, lo cual crea un espectáculo de luz. Sólo con la llegada de estas partículas en la superficie de la Tierra tenemos el meteorito.
Según la composición, los meteoritos se clasifican en aerolito (rocoso), siderita (metal) o mixto (roca y metal). Por lo general, están formados por minerales y aleación de hierro-níquel, dando resistencia al fuego causado por la fricción con la atmósfera.
Varios meteoritos caen a la Tierra, pero la mayoría llegan en forma de polvo después de desintegrarse en la atmósfera. Sin embargo, algunos pueden atravesar la atmósfera y golpear la Tierra con un tamaño considerable. Mencionando un ejemplo del caso descrito, el meteorito que se encuentra en Namibia (África), cuyo peso es de aproximadamente 59 toneladas, tiene 2,7 metros de largo por 2,4 metros ancho sobre la superficie.