Uno de los hechos más curiosos en relación con la memoria es la ilusión de déjà vu (o ya visto), en la que una persona tiene una falsa sensación de familiaridad con las situaciones, sin embargo, se experimentan por primera vez. Los estudiosos de la memoria siguen buscando una explicación para el fenómeno.
La memoria es la capacidad de la mente humana para asegurar, retener, recordar y reconocer hechos pasados impresiones. La función de recordar y de su opuesto, olvidar, son típicamente adaptativas. El aprendizaje, el pensamiento y el razonamiento no serían posibles sin la memoria, pero la capacidad de olvidar también tiene muchas funciones. Sirve como una referencia de tiempo –los recuerdos se vuelven más difusos en el tiempo–, como un instrumento de adaptación a un nuevo aprendizaje –por la supresión de antiguos patrones– y todavía como forma de aliviar la ansiedad causada por experiencias dolorosas.
Los primeros estudios experimentales de memoria se llevaron a cabo por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus. En el siglo XIX, planeó y ejecutó los experimentos sobre aprendizaje de sílabas sin sentido (con el fin de reducir la interferencia de significado en los procesos de retención), lo que le permitió evaluar la capacidad y el tiempo de almacenamiento de la información, así como la facilidad recuperación del material almacenado.
El británico Frederic C. Bartlett, a diferencia de Ebbinghaus, trabajó con material significativo: formas, fotografías, figuras que sugieren objetos, etcétera. Su hipótesis básica afirma que la persona solo retiene esquemas muy generales de aquello que experimentó con anterioridad. El proceso de evocación sería, así, mejor definido como proceso de reconstrucción.
También el psicoanálisis desarrolló una teoría de la memoria. Para Sigmund Freud, el mecanismo de recuperación de la información y, especialmente, el fenómeno del olvido tendría como causa un factor represivo de carácter inconsciente. De hecho, muchas de las técnicas psicoanalíticas se centran en deshacer ese bloqueo represivo que impide el acceso a antiguas experiencias almacenadas que, según Freud, nunca se pierden verdaderamente. En caso de ser revelada la causa, se produce la catarsis, un estado de liberación del paciente.
Para los conductistas, el mecanismo de recuperación de la información se construye, sobre todo, por asociación entre estímulos y respuestas. El conductismo moderno explica la pérdida de la información almacenada por interferencias en el proceso de recuperación.
Algunos autores, insatisfechos con las teorías conductistas y sus críticas, influenciados por el lingüista estadounidense Noam Chomsky, así como por las nuevas teorías de la manipulación de la información y la comunicación, abordaron el problema de la memoria desde una nueva perspectiva. Estudiaron la capacidad humana para procesar información como parte del tema general de la percepción y recurrieron a los sistemas de funcionamiento de los ordenadores para describir la organización de todo el sistema.
La memoria y el procesamiento de la información
De acuerdo con las modernas teorías cognitivas, que estudian los fenómenos básicos de la inteligencia como la percepción, el aprendizaje y la memoria, en relación a los mecanismos de procesamiento de la información, hay tres procesos básicos de la memoria: codificación, almacenamiento y recuperación. La codificación es el proceso por el cual la forma física de la información de entrada se convierte en una representación interna. El almacenamiento consiste en fijar la representación interna mediante el establecimiento de relaciones entre ella y otras representaciones que el individuo posee. Si estas relaciones son destruidas, se produce el olvido. El proceso de recuperación permite el uso de la información almacenada cuando sea necesario.
En lo que respecta al almacenamiento de información, se distinguen tres versiones: memoria sensorial, memoria a corto y largo plazo. Por lo tanto, el individuo utiliza estrategias, desde las más simples hasta las más complejas y estructuradas para representar y recuperar la información que recibe. Estas estrategias varían según el tipo de información y el fin para el que la persona tiene la intención de utilizar dicha información posteriormente.
Desde esta perspectiva, los procesos de memoria adquieren carácter dinámico y activo, por lo que el sistema aprende a través de la interacción con el medio ambiente y no el establecimiento de conexiones entre estímulos y respuestas, como quiere la teoría conductista. La estructura interna utilizada para organizar la información está en continuo cambio y se reconfigura según cada nueva experiencia. Durante la vida de los individuos, se modifica la forma de codificación de la información y aumenta progresivamente el número de conceptos de los cuales se parte, así como el de las relaciones que se establecen entre los diferentes elementos de información. Las estrategias son similares para todos los individuos, aunque el resultado sea diferente en función de las capacidades, entrenamiento y circunstancias.
Mejora de la memoria
Los estudios psicológicos sobre la memoria pueden tener aplicaciones inmediatas en el desarrollo y fortalecimiento de la capacidad de memorización individual.
La mayoría de las técnicas mnemotécnicas (o de memorización) se basan en la rápida transferencia de información contenida en la memoria de corto plazo para la de largo plazo, mediante el uso de códigos de información que faciliten la retención. Algunas de las reglas más utilizadas consisten en agrupar los distintos elementos que constituyen la información, descubrir las reglas simples por medio de las cuales ordenar una secuencia determinada de elementos, organizar jerárquicamente la información que se debe guardar, establecer conexiones correlativas entre los elementos que se ofrecen al aprendizaje, entre otros.
De todos modos, ninguna de estas técnicas puede remediar situaciones de origen patológico, pues solamente benefician una memoria normal.
