Las matemáticas existen en todo lo que nos rodea. Sin embargo parece asustar a muchas personas, emergiendo como un coco que desafía incluso al más inteligente. Sería bueno si ella pudiera ser vista y sentida de manera más loable y de esa forma pasase a ser mirada y vivida como un desafío. Si los profesores tienen un papel importante a desempeñar para que tal situación suceda, también los padres pueden contribuir fuertemente para hacerlo.
El niño comienza a aprender en cuanto nace. Cuando va a la escuela, el aprendizaje se descompone entre el tiempo de lecciones y tiempo con la familia. Intereses, creencias y actitudes de los padres hacia el aprendizaje en general y a las matemáticas, en particular, afectan a sus hijos en gran medida. Una gran parte del aprendizaje se hace por modelaje, siendo los padres los primeros modelos de referencia para los niños.
En la vida diaria hay inmensas oportunidades para padres estimular y desarrollar las habilidades matemáticas de sus hijos. Echemos un vistazo a algunas situaciones donde, muy a menudo, usamos los cálculos mentales para estimar. Siendo así, podemos involucrar a nuestros hijos en esta actividad.
Por el cálculo mental se utiliza para estimar, sin papel y lápiz o calculadora, encontrar rápidamente el resultado lo más cerca posible a una o varias operaciones. Se utiliza en muchas situaciones cotidianas, en diferentes contextos, tales como cocinar, ir de compras o un viaje.
Estos son algunos ejemplos de situaciones donde el padre o la madre pueden resolver problemas de cálculo, con la ayuda de los niños:
- ¿Cuánto podemos comprar de un producto de pocos céntimos con un euro?
- En la época de los descuentos y promociones es indicado el precio anterior y el porcentaje del descuento, siendo muchas veces necesario hacer el cálculo del precio definitivo.
- Llega el cumpleaños. Es necesario calcular el número de botellas de 1,5 litros de zumo que se van a completar para rellenar 20 vasos de 2 decilitros.
- Las fiestas han llegado. ¿Cuánto tiempo tomará hacer un recorrido de 500 kilómetros a una velocidad media de 90 kilómetros/hora?
También la estimación de las medidas y las cantidades puede proporcionar situaciones interesantes:
- Es necesario organizar los lápices de color, ¿Cuántos pueden caber en esta caja?
- ¿Cuántos palmos medirá la mesa del salón donde se almuerza?
- ¿Cuántas canicas caben en una lata de 33 centilitros?
- ¿Cuántos centímetros mide un espagueti?
Es necesario que el niño tome cuenta de que estas estimaciones son fundamentadas y no hechas sólo por casualidad. Así que es apropiado preguntar cómo llegó a la conclusión que ha tomado. También es importante que perciba que hay diferentes maneras de resolver el mismo problema. Para que esto suceda, pueden ser comparadas las estrategias utilizadas por varias personas.
Hay situaciones en las que se requiere un cálculo absolutamente exacto y otros en que estimar redondeadamente es suficiente. Muchos hechos de matemáticas básicas ocurren en la vida cotidiana de las personas y de todas las familias. Los padres pueden ayudar al niño a ir dándose cuenta del tipo de cálculo más adecuado a las distintas situaciones.
Cuando las matemáticas, a sabiendas, forman parte de la vida cotidiana de la familia y hasta sirven de desafío y fuente de juegos y pasatiempos nunca volverán a ser temidas en su naturaleza. El niño no solamente tendrá expectativas positivas y estará motivado a su aprendizaje sino que quedará confiante en sus habilidades.