Estimación es formar un juicio aproximado con respecto a un valor, un cálculo, una cantidad, un peso, una medida. La estimación es utilizada por muchos siglos, por lo menos desde comenzó a tratarse de medir el área de tierra y el tiempo. Muchas otras aplicaciones importantes de la estimativa han ocurrido a lo largo de los tiempos. Es el caso del valor π, estimado por Arquímedes hace más de 2000 años (228/71 π 22/7), o de la estadística, surgida en épocas más recientes, que pretende hacer estimaciones, por ejemplo, en relación con las poblaciones basándose en muestras representativas.
¿Es importante enseñarle a los niños y jóvenes para hacer las estimaciones? Sin lugar a dudas. Por un lado, hay situaciones donde no es posible hacer cálculos precisos y es necesario estimar. Esto es, por ejemplo, cuando tienes que estar a una hora exacta en un lugar más o menos distante y se hace necesario calcular el tiempo necesario para alcanzar ese lugar, dejando un margen de seguridad para factores no controlados. En otras situaciones, estimar simplifica el trabajo mental. En los primeros años a la adopción del euro (€), hubo grandes dificultades en pensar en valores elevados en la nueva moneda. En España, por ejemplo, era necesario convertir mentalmente valores de pesetas a euros. Por eso, cuando veíamos un anuncio de un vehículo, para tener una noción de su precio, intentamos calcular con valores de referencia asociados a la moneda antigua. Se trataba de un proceso rápido y eficaz que da un valor aproximado dividiendo el euro con su equivalente en la moneda antigua.
Si, en la enseñanza de las matemáticas, se ignora la estimación, enseñando solamente procedimientos que conducen a respuestas precisas y únicas, se ignora una parte de las matemáticas y se impide que niños y jóvenes ganen experiencia y confianza a ese nivel. Los padres pueden ayudar a los hijos en ese dominio. Con efecto, muchas son las situaciones cotidianas en que usamos la estimación y el cálculo como forma de resolución de problemas, y en que ellos pueden ser llamados para colaborar. Se siguen una serie de sugerencias de actividades donde los padres pueden interactuar con los hijos, ayudándolos a desarrollar estrategias para estimar. Estos son problemas de situaciones lúdicas, que pueden ser seleccionadas de acuerdo con la edad y los conocimientos de los chicos.
1. Ante una lista de compras, estimar qué precio que debe pagarse.
2. Comprando cortinas, por ejemplo, para el baño. Puede pedirse al hijo que lo haga utilizando la imaginación del largo de la bañera cuando está tumbado y usando su cuerpo como unidad de medida de la cortina.
3. Antes de cortar un pastel estimar cuantos trozos se va a obtener.
4. Hacer competiciones entre los miembros de la familia para ver quien dice el valor más aproximado en diversas situaciones. Por ejemplo:
- a) Cuando la familia se va, estimar la distancia para ir a determinado lugar, por ejemplo entre el hogar y la escuela. Confrontar el valor estimado con el marcado en el contador de kilómetros.
- b) Estimar la cantidad de granos que una persona come.
- c) Estimar la longitud, en metros, del espagueti que una persona come.
- d) Estimar cuántas palabras están escritas en un libro o un párrafo.
- e) Estimar cuanto tiempo es un minuto mientras uno de los miembros usa su reloj. Cuando alguien considera que el minuto ya pasó va levantando su brazo. Al final, se dice el tiempo obtenido por cada uno.
Como se afirmó anteriormente, la estimación significa formarse una opinión basada en un juicio de valor aproximado. Para ello es necesario contar con valores de referencia, como se ve en los ejercicios propuestos. Si un niño nunca realiza compras ni lidia con los precios, le será muy difícil hacer estimaciones de esa naturaleza, por falta de valores de referencia. Por otro lado, estimar no implica una respuesta única. Ella puede situarse en un rango o intervalo que, sin embargo, debe ser plausible. Por ejemplo, si calculamos el peso de un bebe recién nacido, el intervalo plausible podría situarse entre 2,5 y 3,5 kilogramos. Si estamos el peso de un adulto será ciertamente mayor. Por consiguiente, las actividades propuestas ayudan a los niños y jóvenes a habituarse a crear valores de referencia y comprobar la plausibilidad de sus resultados estimados. El carácter lúdico y la afectividad involucrados en dichas actividades mejorarán su motivación para el aprendizaje, la adquisición de competencias para evaluar y desarrollar conceptos positivos acerca de las matemáticas.
