La británica Margaret Thatcher fue una de las principales figuras políticas de las últimas décadas del siglo XX. Nació en 13 de octubre de 1925 en Grantham; falleció en Londres el 08 de abril de 2013, habiendo sido elegida como la primera mujer en ocupar el puesto de primer ministro del Reino Unido. Con principal liderazgo del Partido Conservador inglés en la década de 1970 y 1980, Thatcher comandó el gobierno británico entre 1979 y 1990.
Su vida política comenzó en la década de 1940, mientras que aún era una estudiante de química en la Universidad de Oxford, trabajando con los grupos de estudiantes conservadores. En la década siguiente pasó a la política parlamentaria, siendo elegida por primera vez en 1959, abandonando la representación de Finchley sólo en 1992.
En la década de 1970, consolidada dentro del partido conservador, se convirtió en líder del partido en 1975. En 1979, fue elegida primera ministra, siendo la primera mujer en ocupar esa posición. La situación social del Reino Unido fue de intensa agitación social, marcada por varias huelgas en un periodo conocido como el ‘Invierno del descontento’ (Winter of Discontent). La crisis global con el aumento de los precios del petróleo en 1974 contribuyó a un empeoramiento en las condiciones de vida de la clase obrera, creando las condiciones necesarias para las huelgas de trabajadores.
El período en el gobierno británico de Thatcher estuvo marcado por el intento de reorganizar socialmente al país. Ella era una de sus principales figuras políticas, junto al presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, su principal aliado, en la aplicación de los principios del neoliberalismo. En este sentido, tenía la intención de realizar una serie de reformas de Estado tratando de desmantelar el Estado de bienestar construido después de la II Guerra Mundial, además de socavar el poder de los grandes sindicatos de trabajadores británicos. El objetivo era limpiar la máquina del Estado, buscando el Estado mínimo a través de la privatización de numerosas empresas y dejando al mercado y las empresas privadas la responsabilidad en ofrecer bienes y servicios a la población. De esa manera, cabría al mercado capitalista suplir esas necesidades y no más con intermediación de las instituciones estatales. Cabría al Estado, principalmente, controlar la inflación.
El resultado ha sido feroz en el conflicto con los sindicatos, que estaban adelante en las negociaciones de los reclamos de los trabajadores. La culminación de este conflicto fue con las huelgas de los mineros, en 1984, siendo que Thatcher resistió la presión de los trabajadores, que garantizó a ella poderes para luego disminuir los poderes de sindicatos. Otra fuente de descontento popular con las acciones de Thatcher fue el gran desempleo provocado por la reducción en el gasto del estado.
También en 1984 fue víctima de un atentado llevado a cabo por militantes del IRA (ejército republicano irlandés) como reacción a la muerte de diez militantes del grupo en la prisión Maze de Irlanda del norte. Los militantes estaban en huelga de hambre contra la represión sufrida por el gobierno británico, en su lucha por la transformación de Irlanda del norte en una República.
En el plano internacional, lo que marcó la política de Margaret Thatcher fue luchar contra la URSS (Unión Soviética) y el apoyo de algunos gobiernos dictatoriales y racistas. Apoyó incondicionalmente la dictadura del general Augusto Pinochet en Chile, que le garantizó el uso de las bases militares del país andino durante la guerra de las Malvinas contra Argentina, a principios de los 1980. Ya en relación con el régimen del Apartheid, en el encuentro internacional de Commonwealth en Vancouver, Canadá, en octubre de 1987, se opuso a la adopción de sanciones en el gobierno de Sudáfrica. Al tiempo, Nelson Mandela estaba todavía en prisión y Thatcher se negó a establecer negociaciones con el Congreso Nacional Africano (ANC).
En las relaciones con la URSS, Thatcher formaría una alianza sólida con Ronald Reagan contra los soviéticos, afirmando que el socialismo era ineficaz. Esa postura le aseguró a la dama de hierro su apodo. Comenzó las negociaciones con los soviéticos sólo cuando Mikhail Gorbachev llegó al poder y estaba dispuesto a llevar a cabo reformas encaminadas a una apertura política y económica dirigida hacia el capitalismo occidental.
El final de su gobierno, en 1990, se produjo principalmente debido a su oposición a una política de acercamiento con los países de Europa continental, una situación que llegó a ser difícil sostener después de la caída del muro de Berlín en 1989. Después de eso, pasó a escribir algunos libros y en el ámbito político ocupó una plaza en la Cámara de los Lores, pero sin mucha participación activa.
