Mahoma fue el fundador árabe del Islam, líder político y profeta de la religión musulmana.
La historia del islamismo se inició en Arabia en una cueva. Según la tradición, en su interior se encontraba el comerciante Mohammed descansando. Su sueño se vería interrumpido con la visita del arcángel Gabriel quien le ordenaría recitar el mensaje divino. Sucedió alrededor del año 610 d.C.
La palabra Islam significa sumisión a Alá (Dios) y sus leyes. Por esta razón, los islamistas, también llamados musulmanes, están sujetos a la voluntad de Dios, que fue revelada a Mahoma a través del ángel e incluida en el libro sagrado, el Corán, que en árabe se traduce como “recitación”.
El Corán no fue escrito en su forma definitiva durante la vida de Mahoma. Cuando murió, todas las revelaciones se encontraban en un conjunto de fragmentos, escritos sobre piedra, huesos y hojas de palma. La redacción del Corán fue terminada en el reinado del califa Omán (644 a 656 d.C.).
En los capítulos llamados suras, el libro interpreta la fe, explica la historia y se dictan las normas de la vida, incluyendo un código de sanciones para aquellos que no siguen estas leyes. Las cinco principales obligaciones del Islam son: la creencia en Alá y el profeta Mahoma, rezar cinco veces al día, ayunar durante el día en el mes sagrado musulmán del Ramadán, dar limosna a los pobres, y hacer una peregrinación a la ciudad de La Meca al menos una vez en la vida.
Estas leyes rigen la espiritualidad de más de 1,3 millones de musulmanes, seguidores del Islam, la religión de más rápido crecimiento en el mundo. Sin embargo, Mahoma no pensó en fundar una nueva creencia. Él se consideraba un profeta en la línea de Abraham, Moisés y Jesús, ya que hablaba de un mismo Dios, para judíos y cristianos. El arcángel Gabriel es el mismo ángel de la Anunciación, que, en la tradición cristiana, revela a María que ella sería la madre del hijo de Dios.
No hay datos históricos sobre la vida del profeta. Su nombre completo era Muhammad Bin Abdullah Bin Abdul Mutalib Bin Hachim Bin Abd Manaf Bin Kussay, siendo conocido históricamente como Muhammad.
Su biografía está basada en los hadith, una vasta colección de relatos y las directrices dejadas por él, que formarían las máximas de la tradición musulmana. A los 20 años, Muhammad fue elegido por la viuda Kadija como un hombre de confianza para seguir sus caravanas a Siria. Se casaron cinco años después.
Exilio de Mahoma
La muerte de Kadija y de su tío y protector, Abu Talib, en 619 d.C., planteó la rivalidad con el profeta y sus seguidores de los Quraysh, tribu árabe de Muhammad que dominaba su ciudad natal, La Meca.
A través de La Meca pasaron las rutas comerciales procedentes del Mediterráneo, Oriente Lejano y especias comerciales de África, telas finas, oro, marfil, esclavos, cereales y aceite. La base de la prosperidad de La Meca eran el comercio local y el culto asociado a su santuario sagrado. En el templo, construido en forma de cubo, las tribus árabes guardaban las imagenes y símbolos de sus dioses, la Kaaba, la Piedra Negra que todos los árabes adoraban como un regalo del cielo.
Muhammad habló en contra de la idolatría, es decir, la adoración de imagenes, y en contra de los males sociales de su tiempo. Los miembros del Quraysh temían que la nueva creencia pudiera destruir los ídolos y que La Meca como lugar sagrado perdiera su atractivo como un santuario religioso. Así, la tribu comenzaría a luchar contra la nueva doctrina y trató de asesinar a su divulgador.
Mahoma y sus seguidores tuvieron que huir de la ciudad, en el año 622. Fueron a Yathrib, la ciudad del Profeta. Ellos fueron muy bien recibidos, pero no por casualidad, dado que existía el interés de alcanzar el mismo estatus religioso que la ciudad vecina y rival, La Meca.
La salida de La Meca se denomina Hégira, una palabra que significa exilio o fuga. Fue un momento decisivo en la historia del Islam, simbolizando la transición de una cultura idólatra a una civilización basada en la creencia de un único dios, Alá. Los musulmanes pasaron a contar el tiempo a partir de ese evento. En el calendario musulman, el año 622 de la era cristiana se volvió el año cero.
Muhammad obtuvo la victoria en muchas batallas contra los Quraish. Pero sólo logró vencer definitivamente cuando identificó el patriarca Abraham como el constructor de la Kaaba. De ese modo, fueron conservados el papel del centro religioso de la Meca y los intereses de la tribu.
En el año 630, después de la batalla de Hunayn, los gobernantes de la ciudad entregaron a Mahoma. Bajo sus órdenes, los templos e ídolos de la ciudad fueron destruidos, sólo la Kaaba y la Piedra Negra se han conservado.
El monoteísmo (creencia en un Dios) fue la base de la unidad en un mundo de relaciones complejas y cambiantes entre las tribus. La nueva doctrina y la fe han sustituido a los vínculos familiares para decidir quién era amigo o enemigo, quien era parte de la sociedad o no. Tal comunidad espiritual es denominada umma.
