Los tres cerditos es una fábula, cuyos personajes son exclusivamente animales. Las primeras ediciones publicadas de la historia corresponden al siglo XVIII aunque se presume de una mayor antigüedad.
La historia fue divulgada por Joseph Jacobs, un escritor nacido en Sydney, Australia, en 1854. Vivió en Estados Unidos e Inglaterra. Estudió y publicó a cuentos populares del folclore inglés durante su estadía en el país, siendo más conocido por su gran contribución a la literatura infantil. Entre sus libros se encuentran Cuentos y fábulas de la India, Juan y las habichuelas mágicas, Cuentos celtas y Fábulas de Esopo.
La historia de los tres cerditos ya era conocida en Inglaterra y Jacobs, como folclorista, rescató a cuentos populares y los transformó en libros. El éxito de Jacobs fue por la utilización de un lenguaje claro y hecho para ser un público infantil.
La historia se ha conocido mejor gracias a la versión animada hecha por Disney en 1933. La película introdujo nombre a los cerditos Flautista, Violinista y Práctico – Fifer Pig, Fiddler Pig y Edmund Pig en inglés.
Historia
Los personajes del cuento son los tres cerditos y un lobo (el lobo malo) cuyo objetivo era devorar a los cerditos. Al decidir salir de casa de su madre (en algunas versiones, de la abuela), ellos fueron a construir cada uno su propia casa.
El más perezoso de los cerditos no quería cansarse y construyó una casa con techo de paja. Otro de los cerditos la construyó de madera y el último optó por una casa mejor estructurada, con cemento y ladrillos. Como su casa demoró más tiempo en ser construida, los hermanos de este último disfrutaban mientras él se esforzaba en concluir su trabajo.
Un día el lobo llegó y fue detrás del cerdito más pequeño que fue a esconderse hasta su casa de paja. Pero el lobo, con un fuerte soplido, deshizo la casa sin mucha complicación. Mientras el cerdito huía, el lobo fue a la siguiente casa y, con dos soplidos fuertes, logró destruirla. Finalmente, ambos cerditos acudieron a casa del último.
El lobo fue tras ellos e intentó derrumbarla y, por mucho que sopló, no lo consiguió. Tras varios fracasos repetidos el lobo decidió esperar la llegada de la noche.
Cuando cayó la noche, el lobo estaba tratando de entrar en la casa bajando por la chimenea, pero empezó a sentir olor a quemado. Era uno de los cerditos que estaba quemando la propia cola del lobo. Así, la feroz y comilona criatura huyó asustada y nunca más regresó dejando a los cerditos vivir felices para siempre.