La arquitectura de los templos romanos, así como su número total, igualmente evidencia la receptividad de la ciudad a todas las religiones del mundo conocido. El templo de Isis y Serapis en el Campo de Marte, construido con estilo y materiales egipcios para alojar el culto helenizado de la deidad egipcia Isis, es representativo de la heterogeneidad de los monumentos religiosos romanos. Los templos de Roma más dignos de mención eran el templo de Júpiter Capitolino y el Panteón. El templo de Júpiter Capitolino, en el monte Capitolino, estaba dedicado en el 509 a.C. a Júpiter, Juno y Minerva.
Construido inicialmente en estilo etrusco, fue reconstruido o restaurado varias veces bajo el imperio y derribado finalmente por los vándalos en el 455 d.C. El Panteón fue construido desde el 117 al 138 d.C. por el emperador Adriano y dedicado a todos los dioses; este edificio reemplazaba a un templo más pequeño que había construido Marco Agripa. El Panteón se transformó en iglesia cristiana en el 607. En nuestros días es un monumento nacional italiano.