Como bien sabemos, Mahoma fue responsable de la mayor consolidación del Islam en el mundo árabe. A lo largo de su vida, conoció a diferentes lugares y culturas que estaban ejerciendo una fuerte influencia en la construcción de los supuestos fundamentales de esta nueva creencia. Según la fe musulmana, en el año 610, el profeta Mahoma comenzó a recibir mensajes de un ángel que le enseñó los fundamentos de la nueva religión.
El primer valor divulgado por Mahoma era la creencia en Alá (Allah), el único Dios verdadero y la convicción expresada en la adoración de imágenes. Además, estableció la existencia del cielo y el infierno, que servían de morada para todos los individuos. Quien fuera ejemplar en la aceptación de los preceptos islámicos sería recompensado con una vida cómoda tras la muerte terrenal. De hecho, podemos ver que la creencia musulmana tiene muchos puntos en común con las religiones judeocristianas. Hasta el periodo en que Mahoma guió el desarrollo de la religión musulmana, todos los preceptos eran rigurosamente transmitidos de manera oral. Sin embargo, cuando el más importante líder espiritual islámico falleció, se hizo necesaria la concepción de una obra registrada de carácter sagrado.
De esta demanda se presentaron dos obras: el Corán, que registra las enseñanzas que Mahoma dadas a conocer a lo largo de la vida; y la Sunna, un libro que aborda la biografía y las acciones políticas de ese profeta. En la vista de los musulmanes, los fundamentos pregonados en el Corán representan la conclusión de un proceso de recopilación de los valores anteriormente enseñados por el judaísmo y por el cristianismo. De esa forma, Jesucristo y los varios profetas hebreos son valorizados como intermediarios de una experiencia religiosa que alcanza su ápice con el surgimiento del islamismo. Mientras el Corán es colocado como libro común a todo verdadero seguidor del Islam, la Sunna fue gran responsable por la primera división entre los islámicos.
Según esta obra, cualquier musulmán podría colocarse como líder religioso del Islam. Por otro lado, el Corán señala que solamente los descendientes directos de Mahoma podrían ejercer este mismo papel de liderazgo. A través de este desacuerdo habían surgido a las principales sectas del Islam, los sunitas u ortodoxos y chiitas, respectivamente. Más allá del reconocimiento de Alá como el único Dios verdadero, los musulmanes todavía deben obedecer a los otros puntos importantes que apoyan el Islam. Todos los musulmanes deben orar cinco veces al día con su cuerpo orientado hacia la Meca; realizar peregrinación a la Meca al menos una vez en sus vidas; no tener sexo y ser ayuno (entre el amanecer y el anochecer) durante el mes de Ramadán; y practicar la caridad dando una porción de sus ingresos anuales.
